Ceuta y Melilla se consolidan como la nueva puerta de entrada de 'sin papeles'

España redujo en 2013 un 15% las llegadas por mar, pero incluso antes de las crisis de las vallas no podía frenar las oleadas en las ciudades

Diario Sur, MELCHOR SÁIZ-PARDO, 30-04-2014

Las cifras oficiales confirman la evidencia de que Ceuta y, sobre todo, Melilla se han convertido en la gran puerta de atrás para la entrada en España, y por ende en Europa, de los inmigrantes sin papeles. El balance del Ministerio del Interior de 2013 revela que ambas ciudades, antes incluso de las crisis de las vallas que vienen produciéndose sin respiro desde febrero, ya eran la principal vía de ingreso de los indocumentados, por encima de la llegada en embarcaciones a las costas peninsulares e insulares.

Ceuta y Melilla registraron el año pasado un aumento del 48,5% respecto a 2012 en la llegada de inmigrantes irregulares que accedieron a las dos ciudades a nado, ocultos en vehículos o, sobre todo, tras saltar el perímetro fronterizo.

En 2013 entraron en las dos ciudades 4.235 personas en situación irregular cuando en 2012 lo hicieron 2.841. Unas cifras que, sin duda, serán superadas en 2014, cuando se han recrudecido los asaltos a los perímetros fronterizos, con oleadas en las que hasta 200 subsaharianos lograron entrar en territorio español en un solo día. Las estadísticas del departamento que dirige Jorge Fernández constatan que, incluso antes de las grandes oleadas de este año, las dos ciudades autónomas ya vivían una presión migratoria similar a los peores años de la década pasada en las vallas, el 2001, cuando se produjeron 4.969 entradas irregulares, y 2005, con 5.566 inmigrantes.

El número de inmigrantes sin papeles llegados a Ceuta y Melilla durante el año pasado superó al total de clandestinos que entraron en España por mar en cualquier otro punto de la península o los dos archipiélagos. Y eso, a pesar de que la presión migratoria en el Mediterráneo siguió constante. En concreto en 2013, por medio de embarcaciones alcanzaron las costas españolas no africanas 3.237 inmigrantes irregulares frente a los 3.804 que lo hicieron en 2012. Según recordó Interior, la disminución alcanza el 90,7% respecto a 2006, año en que se registró la llegada masiva de 39.180 inmigrantes irregulares, sobre todo por la llamada ‘crisis de los cayucos’ en las Canarias.

El año pasado, según el análisis del Gobierno y a pesar de los datos negativos de las dos ciudades africanas, se «consolidó» la inversión de la tendencia alcista registrada en 2011. Si en 2012 la reducción de llegadas fue de un 30%, en 2013 se consiguió reducir un 15% adicional.

Donde realmente las cifras son indiscutiblemente buenas es en Canarias, otrora principal forma de entrada de subsaharianos a España. La vía de los ‘cayucos’ sigue cegada casi en su totalidad, de acuerdo a las cifras de Interior. El año pasado, solo 196 inmigrantes alcanzaron las costas del archipiélago. Se trata de un levísimo repunte frente a 2012 cuando 173 extranjeros arribaron a esas mismas playas, pero muy alejados de años, como 2006, cuando las oleadas de cayucos que partían desde el Sahara Occidental, Mauritania y Senegal en viajes de incierto futuro llevaron a Canarias 31.678 extracomunitarios.

Deportaciones

Interior también facilitó datos sobre repatriaciones, denegaciones y devoluciones, las distintas figuras para la deportaciones de sin papeles. Las repatriaciones a través de aviones y viajes por tierra y mar llegaron a 23.889, una caída del 10 % respecto a 2012 cuando se produjeron 26.457. Según el Ministerio, el número disminuyó porque hubo menos inmigrantes irregulares. Las denegaciones de entrada en puertos y aeropuertos y pasos fronterizos crecieron un 0,7 % hasta las 8.704. Las readmisiones, personas devueltas al país de donde venían, descendieron un 15% hasta las 1.199.

Las devoluciones de extranjeros que entraron por puestos no habilitados de fronteras cayeron oficialmente un 21,2% hasta las 5.002 personas. Cabe recordar que las estadísticas de Interior en este último punto no son en absoluto fiables porque no se sabe cómo se computan las ‘devoluciones en caliente’ en las vallas de Ceuta y Melilla que, en muchos casos, ni siquiera se documentan.

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