La NBA se levanta contra Sterling

Al dueño de los Clippers, judío, no le hacen gracia los negros ni los hispanos

Las Provincias, JOSÉ AHUMADA, 30-04-2014

El racismo es una enfermedad que también se manifiesta en las canchas de la NBA, aunque con síntomas diferentes. La comunidad biempensante estadounidense se echaba las manos a la cabeza este fin de semana tras conocerse la discusión telefónica entre Donald Sterling, el octogenario dueño de los Clippers de Los Ángeles, y su querida, un bombón medio siglo más joven que ‘cometió el error’ de subir a Instagram una foto suya con Magic Johnson.

Se trata de un tema especialmente delicado en Norteamérica, donde la comunidad negra, en su mayoría descendiente de esclavos, está hipersensibilizada y reacciona ante cualquier salida de tono de una forma similar a como lo hacen los judíos cuando se frivoliza con el Holocausto. Solo así se puede entender que se haya convertido en escándalo de dimensión nacional una conversación telefónica supuestamente privada entre un magnate judío en realidad se apellida Tokowitz y su amante de sangre mexicana y afroamericana.

Todo parece indicar que fue la propia novia, que se hace llamar V. Stiviano, quien grabó el diálogo y se lo proporcionó al portal rosa por pura venganza. La muchacha, acostumbrada a lucir morritos y escote en las redes sociales, mantiene una pelea con la mujer de Sterling, Rochelle Stein (con quien sigue legalmente casado), quien la ha demandado por comprarse un dúplex de 1,3 millones con dinero que, dice, le pertenece tanto a ella como a su marido. Eso sin contar con los 170.000 euros que ya le ha dado Donald para sus gastos.

Poco han tardado los medios en recordar pecados anteriores de Sterling, dueño de un imperio inmobiliario con un valor estimado de unos 1.400 millones de euros y que adquirió el club en 1981. Así, se ha hablado de sus condenas por discriminación racial a la hora de seleccionar inquilinos para sus apartamentos: le ocurrió al negarse a arrendarlos a personas que no fuesen coreanas en un vecindario de gente de esa nacionalidad, y también por ser reacio a incluir a hispanos y negros entre su clientela «fuman, beben y merodean alrededor del edificio». Incluso se ha desempolvado la demanda que presentó (y perdió) contra él Elgin Baylor, vicepresidente afroamericano de los Clippers hasta que le echaron en 2009. Donald le confesó que quería hacer un equipo con «chicos negros pobres del Sur y un entrenador blanco».

La patata caliente está ahora en manos de la NBA, a la que todos los pesos pesados Barack Obama, Michael Jordan, Magic Johnson, Kobe Bryant, LeBron James, etc exigen un castigo ejemplar. No se indignaron tanto cuando a Jeremy Lin, jugador americano de origen taiwanés, le llamaban «cerdo agridulce», o cuando el rapero Snoop Dogg se metía con Pau Gasol diciendo que había problemas de chicas en el vestuario de los Lakers o que el español es «jodidamente blando; un bebé destetado». Se ve que en la liga americana de baloncesto hay clases incluso en cuestiones de racismo.

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