La Policía Nacional liberó a mediados del pasado mes de marzo en Figueres a una joven rumana de 19 años, que fue captada en su país de origen cuando era menor de edad con la falsa promesa de ejercer la prostitución de alto standing. Sin embargo, nada más cruzar la frontera de Rumanía y retirarle la documentación, se encontró que esa promesa no tenían nada que ver con la realidad. Tras ser obligada a prostituirse en locales de alterne de Italia y del Alt Empordà, ya en Catalunya fue vendida a otra pareja de proxenetas por 1.500 euros que la obligaron a seguir prostituyéndose bajo vejaciones y coacciones. Fue con esta segunda pareja de captores con la que la joven vivió un “auténtico calvario”, según explicó ella misma a la policía una vez liberada. Entre otras cosas la obligaban a prestar servicios las 24 horas del día, tanto en un club de Hostalets de Llers como en el domicilio de Figueres donde vivía; la vigilaban constantemente y era sometida a continuas vejaciones y humillantes agresiones sexuales por parte de su captor. Fuentes de la Prefectura de la Policía Nacional en Catalunya explicaron ayer que era tal el control que ejercían sobre la joven que incluso llegó a comentar a personas de su entorno que quería quitarse la vida. Al parecer, la situación por la que atravesaba llegó a oídos de su familia en Rumanía, que dio la voz de alarma. La embajada de Rumanía en España alertó a las autoridades policiales, que iniciaron una investigación que se saldó con la liberación de la joven y la detención de dos personas de nacionalidad rumana relacionadas con este caso –una de ellas ya está en prisión– a quienes se imputan los presuntos delitos de trata de seres humanos, prostitución coactiva y agresión sexual. Además, la policía ha identificado a otras tres personas, que se encuentran en Rumanía, fugadas de la justicia española. / S. Oller