El plátano, por su forma y tamaño, ha sido utilizado en múltiples ocasiones por la publicidad como metáfora de una pistola. Desde que Dani Alves recogió el que le lanzaron en El Madrigal y se comió de un mordisco la fruta en pleno partido para ridiculizar a aquellos que lo querían ofender por el color de su piel, el plátano se ha convertido en el arma más poderosa contra el racismo en el fútbol. En las redes sociales se han disparado los mensajes de apoyo al barcelonista bajo la etiqueta Somos todos macacos.
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Neymar fue el primero en imitar a Alves
“Mi padre siempre me decía: ‘come plátanos porque evitan los calambres’. ¿Cómo lo adivinaron?”, se preguntó en modo de ironía Dani Alves tras el partido. Y además quiso recordar al racista que su equipo acabó perdiendo pues el Barça remontó gracias a dos autogoles. “No sé quién fue, pero gracias al que lanzó el plátano. El potasio me dio energía para intentar los dos centros que acabaron en gol”.
El Barça perdía 2-1 un partido importante para la lucha por el título y muy emotivo por la muerte de Tito Vilanova, pero Alves no dejó pasar la oportunidad de poner en el centro del debate unos insultos que se repiten cada semana en muchos campos y afectan a otros jugadores, como a los madridistas Pepe y Marcelo. Lanzar un plátano es ir un paso más lejos de los cánticos simiescos que les acompañan cada vez que tocan la pelota. Y el lateral dijo basta y dio un bocado al racismo.
“La reacción de Dani fue diferente. Por sus palabras se ve que está harto, pero es muy loable que no tuviese una reacción airada ni se pusiese a la misma altura de los intolerantes”, explica a este diario Ana Muñoz, directora general del Consejo Superior de Deporte. “Pero no hay que quedarse con la anécdota. En un acto deportivo estas conductas no tienen cabida. Es un incidente que ni puede permitirse ni tolerarse ni debe minimizarse”, sentencia Muñoz, que estará en la reunión de la Comisión Antiviolencia que estudie el caso el jueves 8 de mayo gracias a que el Fernández Borbalán lo recogió en el acta. No será el único, pues Ángel Villar adelantó que el Comité de Competición también entrará. “El fútbol español está en contra del racismo”, declaró el presidente de la RFEF.
El primero en dar apoyo a Alves fue su compañero Neymar. Su compatriota primero cargó contra el lanzador de la fruta. “Toma, banda de racistas”, espetó el delantero en Instagram con una secuencia de las imágenes de Vila-real. En la siguiente foto se veía al delantero, junto a su hijo, sosteniendo un plátano a punto de comérselo. La imagen sumaba medio millón de likes y ha sido imitada en el mundo entero para combatir el racismo.
Desde Joseph Blatter, presidente de la FIFA, hasta Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, arroparon al jugador. También el primer ministro italiano, Matteo Renzi, se comió un plátano junto al seleccionador Cesare Prandelli en solidaridad con el defensa azulgrana. El Barça se posicionó a favor de las campañas de Respeto y No al racismo que la UEFA apadrina en la Champions para que estas actitudes queden “primero aisladas y después erradicadas para siempre”. Mientras que el Villarreal anunció que ya ha identificado al lanzador y que expulsará y le prohibirá la entrada al estadio de El Madrigal de por vida.
El Kun Agüero, Marta Vieira, David Luiz, Oscar, Willian y Hulk son algunos de los futbolistas que también se han sumado a la campaña, en la que han participado exinternacionales como Romário y Roberto Carlos, el piloto de MotoGP Pol Espargaró o el cocinero Sergi Arola.