Un ‘show’ casi perfecto
El Mundo, , 29-04-2014El sistema de la banda de Prince, según las investigaciones de la UDEF Central y el escrito acusatorio de la Fiscalía Anticorrupción, era siempre igual: enviaban miles o cientos de miles de cartas y correos electrónicos, en los que aseguraban al destinatario que había heredado una cantidad de varios millones, o le proponían un negocio redondo. Entre tanto candidato, alguno respondía favorablemente, y así se ponía en marcha el engranaje.
El show de Prince incluía oficinas de lujo en la calle Serrano, alquiladas por horas, vacías, con carteles en las puertas para simular que allí había algo; una supuesta empresa de seguridad cerca del aeropuerto (en realidad un guardamuebles), donde se custodiaba un baúl repleto de billetes (falsos) para enseñar a la víctima.
Y el remate: un empleado sobornado del Deutsche Bank, que trabajaba en una oficina de la Castellana, abría la sucursal por la tarde y simulaba que había que hacer pagos a Hacienda antes de cobrar el gran botín. Y lo que pasaba es que todos pagaban impuestos, tasas y excusas varias, pero el dinero de verdad jamás llegaba.
Después entregaban certificados y documentos falsos, usaban identidades ficticias (a Prince le acusan de haber usado la de Juan López, entre otros) y un sinfín de excusas que retrasaban el gran premio y en realidad eran mentiras para sacar más dinero a las víctimas. Hasta que ya no podían más.
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