«El mejor Eibar Kantuan, me quedo con éste y con el primero, el de 1997». Lo decía una fiel a estos conciertos a la salida del festival de música sudamericana que se celebró en la noche del sábado. El frontón Astelena acogió un encuentro que suponía la edición octava de Eibar Kantuan, una cita que desde su creación ha supuesto un compendio de la afición eibarresa por la música que vino de ultramar. Hubo renovación, no faltaron clásicos y el público disfrutó de un gran espectáculo en el que no faltaron ni siquiera «los riesgos del directo».

El Club Ciclista Eibarrés organizó un festival que intentó ofrecer un aspecto renovado. Junto con la producción de ETB, canal que grabó el festival, se apostó por un escenario vestido por los efectos de iluminación. Quienes faltaron a la cita podrán ver el resultado en el programa especial Eibar Kantuan que previsiblemente se ofrecerá un sábado del mes de junio.

Uno de los aspectos que ha ido variando y que llamó la atención del público es la integración cada vez mayor de personas oriundas de países latinoamericanos en los grupos eibarreses. La dominicana Lysol que cantó junto a la guitarra de Santi Sarasketa llamó la atención, y el público aplaudió también con ganas la voz de Natali que acompañó a Mikel Urkola. Otros músicos tocaron también en distintos grupos con valses, boleros y habaneras.

El frontón Astelena acogió a cerca de setecientas personas deseosas de escuchar buenas voces y comenzaron con la formación más numerosa del festival. La tradición de la música sudamericana en Eibar se ha consolidado de una forma popular, pero hoy en día también tienen algo que decir quienes tienen inquietud por aprender música. El Mariachi de la Escuela de Música Juan Gisasola dividió su actuación en dos partes y ofreció un estilo cercano pero distinto al del resto de grupos.

Grupos jóvenes

Los organizadores contaban con que las fechas no eran las más propicias. Los aficionados aún tenían en el recuerdo conciertos cercanos como el de canción latinoamericana hace menos de un mes o el del grupo argentino Opus Cuatro que dejó tan buen sabor de boca en el Coliseo. Pero Eibar Kantuan mostró una receta diferente y el público lo aplaudió con ganas. Grupos jóvenes pero ya consolidados como Voces y Cuerdas y el Trío Medianoche dejaron muestras de su nivel. Mención aparte merece el Dúo Plaentxi, siempre bien recibido en Eibar. Aunque hay músicos que ya habían tocado en Eibar Kantuan con otros grupos, el dúo fue representante de aquellos pioneros de hace 17 años.

Entre las anécdotas hubo un apagón eléctrico que dejó a media luz el inicio de la actuación del Trío Medianoche. Fueron unos minutos de espera animados por el «aupa Eibar» de los presentadores y que no consiguieron deslucir el concierto.