Valencia
El infierno de 'Los Salcianu'
Un clan rumano sometía a palizas y amenazas de muerte a compatriotas para que se prostituyeran junto a la Pista de Silla
Las Provincias, , 28-04-2014La ley de ‘Los Salcianu’ era muy clara. O las chicas cumplían con el inhumano horario de sol a sol y llevaban a casa una aceptable cantidad de dinero vendiendo sus cuerpos junto a la carretera, o se enfrentaban a golpes y agresiones. Sus vidas corrían entonces peligros. Los proxenetas, encabezados por un matrimonio rumano, no dudaban en propinar palizas a las jóvenes o amenazarlas con matarlas si no cumplían con los objetivos económicos de la organización criminal. Hasta que una de ellas se decidió a dar un paso al frente, acudió a la policía y dejó al descubierto el imperio delictivo de ‘Los Salcianu’.
La Policía Nacional ha detenido a los cinco integrantes de este clan familiar rumano, la pareja que lideraba la mafia y sus tres secuaces, por obligar a prostituirse a cuatro jóvenes de la misma nacionalidad. Las víctimas fueron liberadas por los agentes. Todos vivían en un mismo domicilio y las chicas eran forzadas a alternar en las inmediaciones de la Pista de Silla, un lugar en el que cada vez es más habitual observar a prostitutas con apenas un asiento como único mobiliario de sus servicios sexuales.
La investigación (desarrollada por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la UCRIF de Valencia y la Brigada Local de Extranjería de Alzira) comenzó en febrero, cuando la joven denunciante delató a sus explotadores. La mujer explicó que el matrimonio, al que conocía, le ofreció prostituirse a cambio de «repartirse los beneficios a partes iguales». Pero la realidad cambió cuando la chica dio su sí.
Armas blancas
Los mafiosos le retiraron entonces su documentación, así como su cartilla bancaria. Y ‘Los Salcianu’ empezaron a desplegar su infierno. Las prostitutas tenían que cumplir el horario que les imponía la banda y no veían ni un sólo euro del fruto de su trabajo sexual.
La mujer aseguró que el clan había captado a otras compatriotas. La policía no tardó en comprobarlo. Los agentes no tardaron en localizar el domicilio en el que vivían los proxenetas y sus víctimas. Los investigadores realizaron dos registros domiciliarios, en los que intervinieron numerosa documentación sobre la explotación sexual de las mujeres, 1.420 euros en efectivo, varias armas blancas, ordenadores portátiles y otros soportes informáticos.
La banda también poseía numerosos numerosos relojes y gafas de sol que la policía sospecha que pueden ser robados, según un comunicado de la Policía Nacional.
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