Los dos rumanos que se entregaron a la policía esta semana al saber que eran buscados por el caso de la explotación de menores en la mendicidad quedaron en libertad con cargos a última hora de la mañana de ayer.

La magistrado Margarita de Ron, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ferrol que se ocupa del asunto, les impuso la orden de comparecencia periódica en el juzgado de guardia. También, otra orden de alejamiento de las víctimas, las menores que se encuentran bajo custodia en un centro de la Xunta.

Durante la operación de agentes de Extranjería de Ferrol y Madrid desarrollada a comienzos de mes, que incluyó la entrada y registro de seis viviendas en Ferrol y Narón, habían sido detenidas 10 personas y liberadas las menores, parte de ellas con bebés, que fueron puestas a cargo de la institución autonómica. Pero entonces habían desaparecido dos de los sospechosos, que no fueron encontrados durante los registros. Se les considera jefes de dos de las familias que se dedicaban, según la policía, a la explotación de las menores, traídas desde Rumanía con engaños, siempre según las mismas fuentes. A pesar de esta operación, el despliegue de mujeres gitanas rumanas a las puertas de supermercados e instituciones como la oficina de la Seguridad social de la plaza de España, continúa estos días.

Las mismas fuentes señalan que la mendicidad de adultos no está prohibida en España, solo se persigue si se obliga a las personas a practicarla o se utilizan menores, como es este caso, sea o no con el consentimiento de las víctimas. Entre las víctimas se encuentran adolescentes de 14 años a 17 años, ya con hijos, a las que las instituciones de Servicios Sociales les seguían la pista desde que dieran a luz, dejadas solas en el hospital público de Ferrol. A los detenidos se les imputan, entre otros, delitos de trata de seres humanos, corrupción de menores, pertenencia a organización criminal y contra los deberes familiares.

Más de veinte encartados

Con los dos hombres que se entregaron a la policía esta semana, el número de encartados supera ya los 20, aunque el núcleo principal lo firman los jefes de las seis familias, que a su vez parece que obedecían a un jefe por encima de ellos, que funcionaba a modo de patriarca del clan, y del que solo han trascendido sus iniciales, A. C.

Se cree, según la policía, que cobraba una comisión al resto de los jefes de la organización. El grupo ha controlado o monopolizado en los dos últimos años la mendicidad en la ciudad y la comarca. Parte de los investigados llegaron a la zona de Ferrol procedentes de otras comunidades autónomas donde también fueron investigados por hechos parecidos.

No pueden acercarse a las jovenes que están en el centro

de la Xunta

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