es otro síntoma. La salida masiva de inmigrantes de Navarra el último año. Un 12,6% de la población extranjera ha abandonado el territorio, del total de 67.892 que vivían en Navarra. La tercera tasa más alta del Estado. Es otro síntoma de que Navarra está instalada entre la crisis económica y la crisis política de un Gobierno sin respuestas para los problemas, demandas y necesidades de sus ciudadanos. La indolencia institucional y la impostura política, sumadas a la sucesión de escándalos que lleva sumados el partido que gobierna y controla buena parte de ayuntamientos e instituciones, UPN, conforman un mal panorama social y económico presente y futuro. La marcha de 8.529 personas inmigrantes , más el éxodo, obligado en muchos casos, de jóvenes a otros lugares y países, debilitan a la sociedad navarra y son síntomas de que el in – movilismo y el anquilosamiento lastran la posibilidad de tomar decisiones adecuadas para paliar los efectos de la crisis. Pero UPN, o al menos quienes ahora controlan UPN, siguen prefiriendo capear los días sentados en sus sillones de poder a reconocer las desastrosas consecuencias de su inmenso fracaso. Y Barcina, entre procesiones y capirotes en Valladolid y frivolidades y mentiras en una revista de Madrid. Las personas extranjeras y los jóvenes navarros se van y a nadie le extraña.