El Ministerio de Justicia anunció ayer que va a delegar en el Instituto Cervantes el examen de integración que se realiza para conceder la nacionalidad española, de modo que ese examen será igual en toda España —ahora queda al arbitrio de cada Registro Civil— y elaborado con “criterios objetivos”. El ministro, Alberto Ruiz-Gallardón, adelantó en el Senado esa reforma legal —que llegará por real decreto, probablemente antes del verano.

El Cervantes hará dos exámenes a los solicitantes. Uno, el de idioma (con un nivel básico, el A2, y del que estarán exentas las personas originarias de países en los que el español sea lengua oficial y los menores). Otro, el de cultura general o “integración”, cuyo contenido será decidido por una comisión formada por personas de “distintas sensibilidades y profesiones para adaptar el temario al conocimiento del ciudadano de la calle”. Ese contenido se publicará en un manual, como el del carné de conducir, para que los solicitantes se lo estudien antes. El resultado del examen será enviado por el Cervantes al ministerio, que tendrá la última palabra.