Las pateras desbordan a Italia
Forza Italia y la Liga Norte piden el fin de la operación naval de rescate
La Vanguardia, , 23-04-2014REUTERS / ARCHIVO Rescate de un inmigrante africano llegado a la isla italiana de Lampedusa el pasado 4 de octubre
La crisis humana, agravada el domingo y el lunes de Pascua con otras 1.200 personas rescatadas en el mar, está teniendo consecuencias políticas y ha activado los inevitables resortes populistas y xenófobos de cara a las próximas elecciones europeas. La secesionista Liga Norte y Forza Italia –el partido de Silvio Berlusconi– han propuesto poner fin a la operación aeronaval Mare Nostrum, puesta en marcha por el Gobierno italiano en octubre del 2013 después del naufragio más trágico ocurrido ante la isla de Lampedusa, en el que murieron al menos 366 ocupantes de una barca, la mayoría eritreos.
El despliegue Mare Nostrum ha sido un éxito y ha evitado, sin duda, muchas muertes en el mar. Pero los fondos presupuestados llegan a su fin y resulta difícil, en una época en que se recortan múltiples partidas, seguir justificando el dispendio, aunque se trata de un volumen modesto comparado con otros gastos del Estado. Se calcula que la operación cuesta unos 300.000 euros al día; es decir, unos nueve millones de euros al mes. Eso, sin embargo, no es lo que más controversia causa. Se reprocha a Europa que no se rasque el bolsillo. Y algunos creen, además, que el dispositivo de ayuda permanente de la Marina italiana a los náufragos en alta mar incentiva la partida de más pateras de las costas del norte de África, en especial de Libia, pues se extiende la voz de que los inmigrantes se salvan y logran su objetivo de llegar a Europa.
Desde que comenzó el año han llegado ya a Italia, por vía marítima e irregular, casi 22.000 personas. El ritmo de llegadas es muy superior al del año pasado.
El secretario de la Liga Norte, Matteo Salvini –aliado y admirador de Marine Le Pen–, anunció la presentación inmediata en el Parlamento de una propuesta para suspender la operación Mare Nostrum porque “los ciudadanos italianos acaban por financiar a los traficantes y la invasión de nuestras costas”. El senador y dirigente de Forza Italia Maurizio Gasparri habló en un tono parecido. Calificó de “costosa y demencial” la operación Mare Nostrum y dijo que su actuación es “una farsa” porque existe ya una coordinación de facto entre la partida de las embarcaciones y la intervención de los buques de socorro. En el bando opuesto, a favor de mantener el despliegue aeronaval, se alinea el Nuevo Centroderecha (NCD), cuyo líder, Angelino Alfano, es el ministro del Interior y a quien corresponde la difícil labor de coordinar la acogida de los inmigrantes en unos centros que ya están llenos a rebosar. También el Partido Demócrata quiere seguir adelante con la operación pero pide más implicación de la Unión Europea.
La impresión de las autoridades italianas es que los traficantes que operan desde Libia aprovecharon justamente las fiestas de Pascua para aumentar la actividad, pensando que habría menos controles. Las condiciones más críticas se produjeron en el puerto siciliano de Pozzallo. Allí fueron desembarcados más de 800 inmigrantes en 24 horas. De otra instalación siciliana, un centro agrícola, se fugaron unos 300 internos, casi todos eritreos. Estos últimos forman el grupo nacional más numeroso de quienes llegan en pateras, aunque también hay sirios y subsaharianos. Los eritreos tienen derecho a asilo porque su país está en guerra. Pero en cuanto reciben un primer documento provisional suelen marcharse de los centros de acogida porque su destino final está en otros países europeos donde suelen tener parientes.
El área cubierta por la operación Mare Nostrum es de 71.000 kilómetros cuadrados. Se utilizan cinco navíos de guerra, con casi 800 militares a bordo, así como helicópteros, lanchas, drones y otros medios. Desde que se puso en marcha, han sido detenidos 78 traficantes. Entre los inmigrantes rescatados hay testimonios dramáticos de abusos y violaciones de mujeres en Libia por parte de los propios traficantes.
Según Alfano, en la costa libia hay unas 600.000 personas dispuestas a emprender camino hacia Europa. Para el almirante Filippo Maria Foffi, el despliegue naval “es sólo la aspirina”, pues la enfermedad de la inmigración masiva sólo puede curarla una acción a largo plazo de la UE, la ONU y la Unión Africana, una combinación de programas de desarrollo económico y de duro castigo a los traficantes.
(Puede haber caducado)