Bilbao – Un niño de 7 años y una mujer de 63 tuvieron que ser evacuados al hospital de Basurto por inhalación leve de humo a causa de un incendio en el número 25 de la calle Fica. El fuego provocó una gran humareda que incluso se veía desde distintos puntos de Bilbao. “Mi hijo no ha parado de devolver”, aseguró poco después Driss Hassina, el padre del niño afectado. “Este miedo no nos lo vamos a quitar en la vida”, se repetía una y otra vez Driss, que vive en el 4º D con sus hijos de 7 y 8 años.

Tras el incendio, que se originó a las 17.58 horas de ayer en el tejado de la vivienda, hasta 20 familias tuvieron que abandonar sus hogares, desalojando por completo el portal número 25 y, en gran medida, el 23. “Esto es un sin vivir, las casas están en ruinas, hay hasta ratones y estas obras no acaban nunca. Es nuestro segundo incendio en menos de dos meses, ¿qué va a pasar si una de las chispas se queda en el interior de la madera y prende fuego mientras todos dormimos?”, se lamentaba Musta, otro vecino del bloque 25, que aseguraba que sus hijos ya no podían dormir tranquilos. “El pequeño todas las noches se despiertas de sus pesadillas mientras pide socorro pensando que se está quemando la casa”, añadió.

Primeras hipótesis Sobre las 20.30 horas doce vecinos, los seis del tercero y cuarto del bloque 25, fueron realojados en sus viviendas aunque la calle seguía cerrada. Hasta el lugar se desplazaron cinco dotaciones de bomberos y la Ertzaintza para sofocar el incendio.

Todavía se desconocen las causas del suceso, aunque las primeras hipótesis apuntan a una chispa provocada en el tejado. Al parecer, según relataron los testigos, unos obreros estaban trabajando en el tejado con una rotaflex cuando una chispa provocó las llamas. “Un hombre estaba quitando los hierros que tenemos en las ventanas, que van desde la primera planta hasta el tejado y no ha tenido en cuenta que todo es de madera y podía prender”, se quejaba Musta, que en todo momento estuvo tranquilizando a sus hijos.

Al parecer, prácticamente todo el bloque afectado está alquilado a inmigrantes árabes, “aunque también hay dos familias vascas”, informaban los testigos. Sin embargo, en el momento de los hechos, ambas familias se encontraban fuera de sus hogares. “Llevan tiempo viviendo en otras casas mientras se solucionan los problemas y terminan las obras, porque en estas condiciones no se puede ni vivir, está todo el suelo podrido y cuando llueve nos mojamos. Hoy va a ser imposible dormir”, concluyeron a la vez Musta, Driss y los vecinos.