Cuatro menores inmigrantes se jugaron la vida hace pocos días en su afán por llegar a tierras valencianas escondidos en vehículos, una práctica habitual en la que algunos de ellos buscan su camino a España desde Marruecos a través de los transportes españoles que circulan por tierras. Se trata del primer caso de estas características detectado este año en la Comunitat por agentes de la Guardia Civil, que se volcaron por auxiliar a los adolescentes.

La primera alerta llegó el pasado jueves 3 de abril. La Guardia Civil recibió una llamada desde Montesa por parte de un testigo que se hallaba en un área de descanso de carretera de esta localidad. El hombre aseguró que había visto a unos chavales jóvenes «encaramados en la lona de un camión».

Rápidamente, efectivos procedentes del cuartel de la Guardia Civil de Canals se desplazaron al lugar. Con la descripción del vehículo, lograron interceptarlo y constataron que la integridad física de los menores estaba en «grave riesgo». En primer lugar intentaron identificar a los menores, de 14 y 17 años y de origen marroquí. Comprobaron que su estado de salud era bueno y que no sufrieron lesiones durante su peligroso trayecto.

También se entrevistaron con el conductor del camión, quien aseguró desconocer que los menores viajaban en su vehículo. Le preguntaron por su ruta para tratar de establecer el punto en el que podrían haberse subido los adolescentes magrebíes.

Posteriormente dieron cuenta de los hechos a la Fiscalía de Menores, que comprobó que estaban en situación de desamparo y determinó que debían ser trasladados a un centro de menores. Las gestiones que siguieron los servicios sociales por averiguar el origen de los menores les llevaron hasta Granada. Al parecer, se habían fugado de un centro de menores de la ciudad andaluza.

La historia volvió a repetirse una semana después, en esta ocasión en la Ribera. El sábado, la Guardia Civil asistió a otros dos menores marroquíes de 14 años que viajaban escondidos en el portaequipajes de un autobús que circulaba por el término municipal de Massalavés.

Las gestiones de los agentes fueron idénticas y tampoco el chófer del autobús ni los pasajeros supieron explicar de qué manera se habían introducido los chicos en la zona destinada a las maletas. No hubo detenciones por delito de inmigración ilegal y los menores acabaron en manos de la Fiscalía. La Conselleria de Bienestar Social se ha hecho cargo de su cuidado y se encuentran en buen estado.