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Inmigrantes que saltaron la valla de Melilla ya están en la calle tras su envío a Valencia

Otros 30 extranjeros interceptados en la frontera han sido llevados a Zapadores por la saturación en la ciudad autónoma

Las Provincias, J. A. MARRAHÍ/ A. CHECA JMARRAHI@LASPROVINCIAS.ES | VALENCIA., 16-04-2014

Seis de los alrededor de 30 inmigrantes irregulares de la valla de Melilla que permanecen en las instalaciones de Zapadores pisaron ayer las calles de Valencia en libertad. Fue sobre las cuatro de la tarde. Vestidos con prendas deportivas, cargados con bolsas repletas de ropa y otros objetos y acompañados por miembros de una onegé, abandonaron las instalaciones del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) con un destino incierto.

Según fuentes de Interior, aseguran proceder de Mali. Preguntados sobre su pasado y sus objetivos en la ciudad, guardan silencio. Declinan cualquier declaración o relato de su experiencia en África. La organización Movimiento por la Paz, que lucha por los derechos de los inmigrantes en toda España, les ha tendido su mano. Fuentes de la entidad confirmaron escuetamente que «se encuentran bien» y que su futuro inmediato pasa ahora por un piso de acogida de la ciudad donde se alojaron nada más abandonar las instalaciones policiales.

La llegada a Valencia de estos seis inmigrantes es el resultado de los reiterados intentos de magrebíes y subsaharianos por alcanzar España a través de la valla de la ciudad norteafricana. Se produce casi un mes después del masivo salto de medio millar de africanos, la mayor avalancha desde 2005 en este punto de la frontera.

Hasta 2.000 inmigrantes

La continua entrada ilegal de extranjeros en la zona hizo que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) acabara completamente saturado. Sus instalaciones se vieron obligadas a dar cobijo a 2.000 inmigrantes, cuando su capacidad máxima es de sólo medio millar, según confirmaron fuentes policiales. El Ejército tuvo que instalar tiendas de campaña para dar cabida a esa multitud de desesperados en busca de un futuro mejor.

Ante esta situación insostenible, el Ministerio de Interior decidió, a finales de marzo, comenzar a trasladar internos a la península para repartirlos entre los diferentes CIE, entre ellos el de Valencia, mientras la policía y los juzgados de Melilla resuelven su situación.

Esto implica costosas labores policiales que pasan por la identificación del inmigrante, la averiguación de su verdadero origen y, en los casos en los que se estime pertinente, la tramitación del expediente de expulsión y las gestiones para retornarlo. Todo este proceso puede durar meses y la ley fija actualmente en 60 días el máximo de permanencia en estos centros. En muchos casos no es posible identificar a los inmigrantes o prospera su solicitud de asilo, con lo que acaban libres.

A lo largo de las tres últimas semanas y en diferentes tandas, alrededor de una treintena de inmigrantes han acabado en las instalaciones de Zapadores procedentes de la ciudad autónoma. Desde Interior no se descarta que lleguen a Valencia más extranjeros en situación irregular procedentes de la ciudad autónoma, debido al alto grado de saturación alcanzado en el centro melillense.

En teoría, la estancia en el CIE valenciano de estos inmigrantes es temporal. Su futuro se decide desde Melilla, pero en el caso de que se consuma su plazo legal de internamiento o un juez dicte su puesta en libertad, será Valencia la primera ciudad donde inicien su nuevo y complicado camino en España.

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