El Domingo de Ramos arrancó este mediodía en la Praza de Santa María con la bendición que dirigió el obispo de la diócesis, Alfonso Carrasco Roucio. Cientos de lucenses llenaron la plaza con las palmas y los Ramos en las manos, que traían de sus casas o que compraron a un grupo de personas de etnia gitana que vendían por todas las esquinas de la catedral y en las puertas de la Muralla.

Tras la bendición que ejecutó el obispo comenzó la procesión de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, conocida como La Borriquita y en la que participan varios niños acompañado al paso de Jesús subido a un burro. La procesión recorrió la Praza Maior, la Rúa da Raíña, la calle Armanya, Praza Maior y final en la catedral, donde se celebró la eucaristía.

El sol y la temperatura agradable ayudaron a la jornada. Por la tarde, a partir de las siete, habrá otra procesión, la de la Virgen de las Dolores, que partirá de los Franciscanos.