La persona arrestada, de nacionalidad boliviana, robó toda la documentación a su pariente más directa

La Policía Nacional ha anunciado este viernes la detención en Mallorca de una ciudadana boliviana de 32 años de edad, acusada de usurpación de estado civil, falsedad documental, conducir careciendo de permiso de circulación y estancia irregular en España. Según ha anunciado la Policía a través de un comunicado, la mujer ahora arrestada se hacía pasar por su hermana gemela, a la que recientemente sustrajo toda la documentación.

El origen de la investigación se remonta a unos días atrás, a raíz de un accidente de circulación en el que se vio involucrada la mujer detenida ayer. Tras el suceso, una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía comprobó que la joven conducía bajo los efectos del alcohol, circunstancia que fue puesta en conocimiento de la Policía Local, que procedió a su detención. Una de las diligencias policiales practicadas antes de la puesta en libertad de la mujer fue una reseña decadactilar.

La Policía Científica constató entonces que existían serias dudas acerca de la identidad real de esta persona, por lo que los hechos acaecidos hasta ese momento fueron puestos en conocimiento de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF), que inició las indagaciones oportunas.

De este modo, los agentes descubrieron finalmente que la sospechosa tiene una hermana gemela, que sí cuenta con permiso de residencia, y que hasta hace poco ambas vivían en Cataluña. La hermana gemela había estado saliendo durante un tiempo con un joven, feriante de profesión, con el que rompió. El hombre se trasladó poco después a Mallorca, destino que eligió también la suplantadora tras haber robado toda la documentación a su propia hermana. Al llegar a la isla, la mujer se puso en contacto con dicho joven, suplantando de nuevo la personalidad de su hermana, sin que, al parecer, el hombre se diera cuenta del cambio.

Según detalla la Policía en su comunicado, el parecido entre ambas hermanas es total, salvo por un tatuaje. Por ello, sólo gracias al análisis de las crestas papilares ha sido posible conocer la verdadera identidad de la usurpadora, que finalmente fue puesta a disposición judicial.