Obama reivindica a Johnson, el padre de los derechos civiles

El presidente vuelve a ser negro

La Voz de Galicia, Victoria Toro, 11-04-2014

«Por eso estoy yo aquí». De este modo explicó ayer Barack Obama la importancia de la aprobación de la ley de derechos civiles hace ahora cincuenta años.

La norma, que impulsó y firmó el presidente Johnson en 1964, marca una frontera definitiva en la historia de EE.UU. porque acabó, al menos nominalmente, con la segregación racial. La ley había sido promovida por Kennedy, pero Johnson decidió impulsarla a costa de lo que fuera cuando asumió la presidencia tras el magnicidio de Dallas en 1963.

Al prohibir cualquier discriminación por motivo de raza, sexo, religión o país de origen, la ley convirtió en ilegal la segregación en las escuelas y en los locales públicos. Proscribió la separación de negros y blancos en los autobuses o los trenes y acabó con hechos deplorables como las fuentes de agua para blancos o para negros.

Obama pronunció ayer un discurso para conmemorar el aniversario en el que, además de recordar la importancia intrínseca de la ley, aprovechó para reivindicar la figura de Johnson y justificar sus propias decisiones como presidente.

La recuperación de la figura de Johnson está unida al giro a la izquierda del Partido Demócrata en los últimos meses. Johnson es una de las figuras más controvertidas de la historia estadounidense y durante mucho tiempo fue uno de los presidentes peor valorados por la escalada en la guerra de Vietnam. Sin embargo, acometió un gran esfuerzo por combatir la pobreza, mejorar la educación y acabar con la segregación racial. Ayer Obama habló solo de esa parte de su legado: «Nos reunimos aquí para recordar el increíble esfuerzo de un hombre gigante por hacer realidad la promesa de nuestra fundación, que todos los hombres son creados iguales».

Obama también trazó un claro paralelismo entre lo que hizo Johnson y lo que ha hecho él mismo en su presidencia. Recordó que las leyes no cambian a las personas pero son la clave para que comiencen las transformaciones. Y se refirió a las dificultades que tuvo Johnson, incluso dentro de su propio partido, para que apoyaran sus decisiones. Al escucharlo hablar, era imposible no pensar en las dificultades que afrontó su reforma sanitaria o en las que encuentra todavía la reforma migratoria que ha prometido.

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