El grupo de explotación de mendigos con discapacidades físicas e intelectuales desmantelado en Alicante contaba con una especie de ‘sucursal’ en Benidorm. Así lo expuso ayer la Comisaría Provincial de Alicante, que confirmó por medio de un comunicado la información ofrecida un día antes por este diario sobre la detención de cuatro personas acusadas de controlar la petición de limosnas en el centro de la capital alicantina.

La operación, llevada a cabo por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras alicantina, ha permitido erradicar un grupo que captaba en Rumanía a personas con taras físicas y psíquicas y, bajo engaño, las trasladaba a España para obligarlas a mendigar. Los cuatro arrestados, tres hombres y una mujer de entre 22 y 61 años, fueron apresados gracias a la denuncia de una de las víctimas, que en su caso era obligada a ejercer la prostitución y le habían retenido la documentación.

Los perjudicados eran conminados a suplicar una limosna cada día desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche. Les exigían unos ingresos mínimos de 80 euros por jornada, según precisó ayer la Policía Nacional.

Las pesquisas policiales condujeron a la localización de cuatro personas que, bajo amenazas constantes e incluso palizas, estaban siendo obligadas a pedir monedas en las calles del centro de Alicante y también de Benidorm, municipio turístico por excelencia de la provincia. Los coaccionados, de entre 26 y 46 años, vivían con los miembros del grupo en un piso de Alicante, según revela la investigación. Presentaban graves deficiencias y les habían arrebatado su documentación personal.

El dinero que conseguían mendigando nunca se lo quedaban ellos. Los delincuentes que les explotaban hacían recaudación dos veces al día, según fuentes policiales. De hecho, para alimentarse dependían de la caridad de comercios cercanos a los puntos donde imploraban una limosna.