El Ministerio del Interior asegura que un pasaje para cruzar el Estrecho puede costar a los hombres entre 1.000 y 1.200 euros. Sin embargo, muchas mujeres que acaban en los centros de internamiento de extranjeros, sobre todo subsaharianas, explican que ellas pagaron menos de 200 euros o no pagaron nada. Estas mujeres, la mayoría muy jóvenes, como la nigeriana Joy o Akorede, de Benín, ambas de 16 años, relatan episodios de violencia y abandono familiar en sus países. Las dos llegaron a Marruecos, donde sufrieron abusos sexuales hasta que sus protectores se cansaron de ellas y las llevaron “al bosque”. Y, de allí, tras una espera de meses, a la patera y el mar. “Estamos –dice el informe presentado ayer– no sólo ante menores, sino ante víctimas de trata de blancas”. Por eso viajaron gratis.