Las lágrimas que el alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro (PSOE), derramó tras la muerte violenta de Lupe Jiménez conmovieron a la sociedad gitana gallega. Como agradecimiento por este gesto, ayer fue homenajeado con la entrega de una placa que «simboliza la lucha hacia la igualdad».

Fue un acto emotivo, en el que el regidor tampoco pudo evitar que, al final, se le entrecortase la voz y las lágrimas despuntasen en sus ojos. «Me salieron de dentro», fue lo primero que les dijo a la hija mayor de Lupe Jiménez, María, y a Sinaí Giménez, portavoz de la Sociedad Gitana en Galicia.

Nada más agradecer la distinción, Poceiro reconoció que «hoy me hacéis feliz», pero «no soy merecedor». Tanto a María como a Sinaí les trasladó que «en mí tenéis una persona con sentimientos. Padre, abuelo… Soy del medio rural y comparto algunos de vuestros problemas».

Añadió, en este sentido, que «el problema vuestro es mi problema, pero, concho, yo muchas veces me siento también solo. Me siento solo, pero eso no quita que en mí vais a tener un amigo. No podía ser de otra forma, pero no soy algo excepcional. Soy un ser normal, de pueblo».

Sus palabras fueron acogidas con mucho cariño por Sinaí Giménez, quien no dudó en rebatir al alcalde socialista: «Sinceramente, creo que es una persona que se merece todo el respeto de la sociedad gitana, tal y como ha venido demostrándolo a lo largo del tiempo».

Es por ello que lo puso como ejemplo, no solo de demócrata, sino de cargo público. No en vano, «nos gustaría que los políticos, en líneas generales, fuesen mas humanos y ayudasen más a nuestro colectivo. Hay momentos en los que hay que demostrar que uno es alcalde para todos y, en el momento adecuado, este alcalde lo demostró».

En el homenaje a José Luis Poceiro también hubo momentos para la reivindicación. Recordaron a los gitanos víctimas de «discriminación y persecución». «Comparto vuestras inquietudes», atinó a decir el alcalde socialista de Vilaboa.

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