La evolución demográfica que vivió esta ciudad con el arranque del nuevo siglo ha invertido su tendencia a golpe de crisis. Miranda no es, en este sentido, un caso particular. Desde 2008 muchas son las localidades que han visto decrecer su censo habitantes por un ‘efecto salida’ que ha protagonizado, fundamentalmente, la población inmigrante. El tejido industrial y la construcción (los dos sectores económicos que absorbieron más mano de obra en el municipio) están seriamente tocados desde entonces. Aquel año marcó el punto de inflexión.

Porque hasta ese momento y de forma continuada desde 1996, Miranda creció: 4.087 habitantes más, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). En doce años, la localidad incrementó su población en más de un 10%. No se puede hablar de un ‘boom’, pero sí se advertía una progresión consolidada.

La situación es hoy, diametralmente opuesta. Es más, en la mitad de tiempo (algo más de cinco años), se habrían perdido 2.736 habitantes si se toman como referencia los 39.589 que figuraban en el censo del INE en 2008 y los 36.853 que facilita el Ayuntamiento y que se refieren al pasado febrero.

Portugal y Marruecos

En el informe municipal se concreta que esa pérdida de población la motiva la marcha de ciudadanos de origen extranjero. Las bajas más numerosas, de hecho, se habrían constatado entre inmigrantes llegados de Portugal (una de las comunidades más numerosas de la ciudad), Marruecos y Rumanía.

De los 36.853 habitantes, 33.142 son de nacionalidad española y el resto llegó desde otros países (3.711). Además de Portugal (1.044), Rumanía (585) y Marruecos (559), Ecuador (222) es el otro punto de origen que figura de forma mayoritaria en el ‘DNI’ de los residentes de origen foráneo. En total son 63 las nacionalidades (incluida la española) que estarían conviviendo en el término municipal.

En lo que sí se incide desde la institución local es en la continua fluctuación del padrón de habitantes. De hecho si se tiene en cuenta el dato oficial entregado al INE a principios de enero (36.719), un mes después, se habría trazado una leve línea ascendente con 134 empadronados más.

La evolución anual será, en cualquier caso, la que determine en qué momento se produce un viraje al alza; un cambio de inercia. Porque hasta ahora, la pérdida ha ido a mayores. Los datos del Instituto Nacional de estadística concentran de hecho, el mayor descenso, en los dos últimos años: entre 2011 y 2012, 530 habitantes menos; entre 2012 y 2013, un total de 752.