Lo festejaron con palmas, con bailes, con cantos y con flores. La comunidad gitana en Euskadi alzó ayer su voz en la Plaza Nueva de la villa para celebrar su Día Internacional, en una ‘ceremonia del río’ en la que pidieron «respeto y reconocimiento». En el ritual, que recuerda la decisión del pueblo gitano de abandonar su tierra originaria y comenzar un éxodo por todo el mundo, la Asociación Cultural Gitana Kale Dor Kayiko y la Asociación de Mujeres Gitanas Sim Romi demandaron que se reconozca a la comunidad como «parte indisoluble» del País Vasco y que los partidos políticos combatan «el racismo y la xenofobia creciente».

Ambas agrupaciones consideraron, en un acto festivo, alegre y concurrido, que casi 600 años de presencia del pueblo gitano en Euskadi y otros lugares de España les legitiman para ser reconocidos como parte integrante del pueblo vasco. Solicitaron también a los partidos políticos «un posicionamiento claro por el reconocimiento y la promoción del pueblo gitano», además de reclamar la lucha de todas las instituciones con políticas inclusivas.

Ambas asociaciones manifestaron su pesar por el reciente fallecimiento del alcalde Iñaki Azkuna, y animaron al nuevo regidor de la villa, Ibon Areso, a «poder seguir trabajando por hacer realidad parte de nuestras reivindicaciones» de manera conjunta. El acto contó con la presencia del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, que participó en la fiesta y defendió el desarrollo de acciones «para la inserción laboral» y el ejercicio de «derechos y obligaciones de los gitanos vascos». Tras la aprobación la semana pasada del convenio por el que la Diputación ha concedido una subvención de 45.000 euros a la Asociación Cultural Gitana Kale Dor Kayiko, representantes de la entidad foral, junto a miembros del Ayuntamiento de Bilbao y gitanos del territorio – entre ellos el patriarca Tío Manuel – apostaron por «la recuperación, valoración y potenciación de la cultura gitana que se abre al futuro».