Comunitat
Pescar entre la miseria
Los pandilleros reclutan a rumanos, españoles y pakistaníes con problemas económicos que caen en las redes de los grupos
Las Provincias, , 08-04-2014El blanqueo de dinero mediante la compra de propiedades inmobiliarias no ha sido el único elemento sorprendente con el que se han topado los especialistas en la lucha contra las tribus urbanos con el desmantelamiento de la Mara Salvatrucha en Alicante. Entre las identidades de los detenidos o fichados por los agentes hay otro aspecto novedoso: muchos de ellos no son de origen centroamericano, un origen hasta ahora sagrado para los jefes de estas bandas latinas.
Así, algunos de los arrestados por la Guardia Civil son de procedencia magrebí o pakistaní. Incluso varios de los inmigrantes que el grupo criminal estaba intentando reclutar en Castellón y Valencia (con la intención de extender su infraestructura por toda la Comunitat) eran de nacionalidad rumana o española. ¿Cuál es la razón de esta parcial renuncia a sus principios por parte de la Mara Salvatrucha?. «La simple supervivencia», explica el mando de Información de la Guardia Civil.
El vuelco de las cifras
El éxodo de inmigrantes sudamericanos de nuestro país, con motivo de la crisis, y el regreso a sus países ha creado «grandes dificultades a estas bandas latinas para dar con nuevos miembros, al escasear principalmente los inmigrantes jóvenes», como puntualiza el investigador.
Los datos constatan la vuelta a casa de los inmigrantes sudamericanos. Un estudio del Observatorio de la Inmigración de la Universidad de Alicante, ciudad en la que los Salvatrucha habían levantado su imperio, demuestra que a principios de la crisis las tres primeras nacionalidades en Alicante eran colombianos (5.180), ecuatorianos (4.520) y argentinos (3.715). El año pasado, la lista había dado un vuelco: rumanos (4.204), argelinos (4.151) y colombianos (4.151).
Pero las maras no dejan pasar su oportunidad de pescar en río revuelto. «Buscan en los barrios más humildes, entre inmigrantes de otras nacionalidades, y les ofrecen pertenecer a un grupo y dinero fácil», explica el investigador. Cazan a sus víctimas entre la miseria.
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