El Ministerio del Interior envió a Melilla nuevos agentes de refuerzo para el control del perímetro fronterizo, que registra una presión migratoria extrema con continuos intentos de entrada de subsaharianos a través del vallado.

Según informaron fuentes policiales, durante la jornada de ayer se produjo la llegada de dos nuevos módulos de intervención rápida de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

En la ciudad, ya hay desplegados siete de estos módulos y está previsto que sean un total de nueve, cada uno de ellos compuesto por veinte personas.

De esta manera, serán 180 los agentes del instituto armado de refuerzo dedicados al control del perímetro fronterizo, que estarán a las órdenes de un comandante.

Se trata de guardias civiles especialistas en el control de masas, que se sumarán a la plantilla habitual de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla.

Además de estos 180 guardias civiles, en la ciudad hay destinados tres grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP), cada uno de ellos compuesto por 50 agentes.

La valla de Melilla registra continuos intentos de entrada de inmigrantes, el último de ellos en la jornada de ayer cuando entre 150 y 200 subsaharianos protagonizaron un asalto masivo al perímetro.

Los inmigrantes fueron repelidos, aunque casi una treintena de ellos se encaramaron a la valla, donde permanecieron hasta diez horas antes de ser devueltos a Marruecos.

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla continúa todavía muy saturado a pesar de los traslados a la península de subsaharianos. Según la Delegación del Gobierno, el centro acoge actualmente a unas 1.800 personas, una cifra que sigue estando muy por encima de su capacidad, que es de 500 plazas.