La presión migratoria en fronteras exteriores de países como España, Malta o Italia no cesa pero el plan de acción de cuatro años alumbrado ayer como colofón a la cumbre Unión Europea – África, que durante dos días ha reunido en Bruselas a más de ochenta dirigentes de ambos continentes, incluye grandes compromisos pero sin dinero fresco ni medidas concretas para apoyar a los países de origen. La declaración final se ciñe al compromiso europeo de facilitar la inmigración legal hacia Europa a cambio de más apoyo de los africanos en la lucha contra las mafias y un refuerzo en el control de sus fronteras.

Fronteras, que como la de Melilla o Ceuta, siguen viviendo diariamente los intentos de cientos de personas que huyen de la miseria en sus países de origen. Una pobreza que, según admitió ayer el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, está en la base del problema y que solo se podrá atajar generando condiciones de vida que permitan a todas esas personas vivir dignamente en sus países. “De lo que se trata es de que nadie tenga que salir de su país porque no le queda otra alternativa”, advirtió al término de una cumbre durante la que ha mantenido encuentros bilaterales con los mandatarios de Tanzania, Madagascar o Ghana. De ahí a admitir, añadió, la entrada de inmigrantes sin papeles va un trecho. “Una cosa es eso y otra que se pretenda entrar ilegalmente en la Unión Europea. Eso no lo puede permitir ni la UE ni ningún país. Lo que tenemos que hacer es evitar que se produzca, luchar contra las mafias y respetar los derechos humanos de todos los ciudadanos”, respondió sin aclarar si el gobierno español piensa regular las devoluciones en caliente a Marruecos de los inmigrantes que saltan la valla.

evitar “tragedias” De momento, la declaración suscrita por las 80 delegaciones subraya la preocupación por la pérdida de vidas y el compromiso de tratar de evitar que “tragedias” como las vividas recientemente en Ceuta o en Lampedusa se reproduzcan, siempre respetando “los derechos y la dignidad humana”. También reconocen la importancia de luchar contra mafias, redes criminales y traficantes de seres humanos que son una “forma moderna de esclavitud”, reforzar el control fronterizo en origen y que esos países readmitan a los inmigrantes detenidos en situación ilegal. A cambio, la UE está dispuesta a reforzar los lazos entre inmigración y desarrollo – reduciendo por ejemplo el coste de las remesas – , impulsar planes de inmigración legal y movilidad así como a reforzar la protección legal de refugiados y solicitantes de asilo.

En definitiva, un “avance”, en opinión del presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy. “Si nos concentramos en la formación de nuestras personas, invertimos en ellos no tendrán que venir vía Lampedusa. Lo harán en avión y serán bien acogidos”, advirtió la presidenta de la comisión de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini – Zuma. “Hemos demostrado que podemos hacer mucho juntos para afrontar los retos comunes y beneficiarnos de las oportunidades”, añadió.

La nueva hoja de ruta UE – África no contempla dinero fresco, más allá de los 28.000 millones de euros asignados por los 28 en su presupuesto para los próximos siete años en el epígrafe África, pero ayer volvieron a garantizar que se trata de un compromiso real. “El partenariado África – Europa es indispensable. No se trata solo de buenas intenciones o declaraciones políticas, son compromisos y realidades concretas”, aseguró el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, tras un encuentro de dos días que ha estado centrado además de en el control migratorio, en la crisis que atraviesa la república centroafricana, el comercio y la seguridad. En este terreno, Barroso anunció también que concederán 800 millones en los próximos tres años para apoyar las misiones de paz a través de la Facilidad de Paz Africana.