CULTURA
«La obligación de un fotógrafo es tener la mirada consciente»
Fernando Moleres expone sus imágenes sobre la discriminación en una muestra de Calcuta Ondoan dentro del Festival de Cine y Derechos Humanos
Diario Vasco, , 02-04-2014
El bilbaíno Fernando Moleres, de la mano de la ONG Calcuta Ondoan y dentro del programa del Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia, presenta en el Centro Cultural Okendo algunas series de sus fotos más impactantes sobre la discriminación en las zonas más oprimidas del mundo. «’Miradas conscientes’ además de ser el título de la exposición también es el resumen de la función del fotógrafo. Debemos tener un espíritu crítico con el mundo que nos envuelve. No solo tenemos que estar concienciados sino organizarnos y crear una respuesta a los problemas. Hay que posicionarse y actuar», comentaba ayer en la presentación de la muestra que se puede visitar hasta el 31 de mayo. Este poseedor de un premio World Press Photo y que recibió en 2012 el galardón Tim Hetherington, otorgado desde hace cuatro años por World Press Photo y Human Rights Watch, tiene clara esa función porque además de recorrer el planeta captando esas situaciones, creo la ONG Free Minor Africa en Sierra Leona.
Por apartados, la exposición repasa algunas de las situaciones más injustas. ‘Moda que aprieta’ es un denuncia sobre la explotación, principalmente a mujeres, en las fábricas de países como Bangladesh. En las imágenes aparecen mujeres en Narayangaj, al sur de Dhaka, «donde cobran entre 12 y 18 dólares al mes. Empiezan a trabajar y no saben cuándo van a acabar. Si las grandes multinacionales aprietan con los pedidos deben meter más horas». En otra foto se ve un edificio, similar al que se hundió en Gazipur con un balance de 1.132 muertos, «donde todos trabajan en una situación infrahumana». A continuación aparecen otras escenas de Sri Lanka y China «donde las condiciones son algo mejores. Cobran 400 dólares al mes y se pagan horas extras».
Moleres comentaba ayer que mucho más cerca también ay discriminación «como comprobé una vez que fui a una conservera en Bermeo donde trabajaban cuatrocientas mujeres y al preguntarles cuánto cobraban me contestaron que lo que recibían era una aportación al salario de sus maridos».
Los responsables de Calcuta Ondoan han querido plasmar esas diferencias en el ámbito más próximo y para ello convocaron un concurso que ganó Nora Arroitia Gómez. Sus fotografías rematan cada uno de los apartados. «Me animé a presentarme porque creo que hay que reflexionar sobre situaciones que están muy presentes a nuestro alrededor y es necesario desmontarlas».
La explotación laboral infantil está retratada con imágenes de los curtidores en Fez Marruecos, donde trabajan menores en pozos llenos de ácidos y cal, o de las minas de oro de Bolivia. «Hay que diferenciar entre explotación laboral infantil, que es explotación de la pobreza, y trabajo infantil. En Cuba son pobres, pero no explotan esa pobreza, a diferencia de otros países cercanos como la República Dominicana o Guatemala».
La contaminación ambiental está representada a través de la basura electrónica. «Dicen que al año se generan 50 millones de toneladas de estos residuos que van a parar a países como Ghana. En teoría está prohibido transportar chatarra, pero la mueven alegando que son piezas de segunda mano».
Para retratar los problemas de los inmigrantes Fernando Moleres ha elegido unas fotografías que tomó en la frontera entre Estados Unidos y México donde murieron 35.000 personas entre 1995 y 2005. En el desierto de Arizona los que persiguen a estos clandestinos cobran entre 1.200 y 1.500 dólares por cada uno de ellos. También aparece la valla de Melilla con unas imágenes captadas por Sergi Cámara realizadas en 2004.
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