Corrupción y división racial en las primarias de Washington DC

El boom económico ha transformado la capital, pero las tensiones persisten

La Vanguardia, MARC BASSETS Washington. Corresponsal, 02-04-2014

Washington cambia: más próspera y diversa, se ha convertido en una de las áreas metropolitanas más pujantes de Estados Unidos. Pero a la capital federal –un objeto político extraño, sin plena autonomía, siempre a la sombra de las instituciones federales– le cuesta desembarazarse de los lastres del pasado. La corrupción, la división racial y las desigualdades económicas siguen marcando el ritmo de los asuntos locales.
Las elecciones primarias para elegir al candidato del Partido Demócrata a la alcaldía en las municipales de noviembre, que se celebraron ayer, sacaron a relucir todos los vicios de la ciudad. Sobre el alcalde, Vincent Gray, planea una investigación federal por los donativos ilegales a su campaña de hace cuatro años por parte de un empresario con contratos con el Ayuntamiento. No ha sido un mal alcalde, coinciden los comentaristas, pero las dudas sobre su honestidad impulsaron una de las candidaturas alternativas, la de la concejal Muriel Bowser.
Al cierre de esta edición se desconocían los resultados. Tradicionalmente, en Washington, el candidato demócrata ha ganado la alcaldía en noviembre. Los afroamericanos han dominado la política local. Gray y Bowser lo son.
Chocolate City era el nombre con el que el grupo funk Parliament bautizó en los años setenta la capital de EE.UU.: la ciudad de chocolate. Porque Washington era, hasta hace unos años, una ciudad de mayoría negra. Pronto ya no lo será: ahora los afroamericanos representan poco más del 50% de la población.
Los blancos se concentraban en los guetos del noroeste y ocupaban los altos rangos de la política federal. Los negros –más pobres, con escuelas dotadas de menos recursos y sin acceso a las oportunidades del sueño americano– vivían en los barrios del este y el sur. No había casi comunicación entre ambos mundos. Era inusual que un blanco cruzase el río Anacostia, línea de demarcación de las dos ciudades.
Algunas divisorias se difuminan. El boom en la región, propiciado por los contratos federales, ha hecho de Washington DC uno de los polos de atracción del país, como Nueva York y Silicon Valley. Los precios se han disparado. Calles como U Street, que eran el corazón del Washington negro, han vivido un proceso de
gentrificación: el aburguesamiento de los barrios que acaba expulsando a los vecinos de toda la vida. Hace unos meses, el reverendo Graylan Hagler, un activista afroamericano, denunciaba una “limpieza étnica económica”.

Los grupos se mezclan, pero el factor racial persiste. Bowser, la candidata que ayer desafiaba al alcalde Gray, es heredera del antiguo alcalde, Adrian Fenty. Fenty

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