La comunidad 'okupa' de las ruinas de Polmetasa desaloja la fábrica
Hoy comienzan los trabajos de demolición que se prolongarán durante una semana. El poblado chabolista de inmigrantes rumanos ha festejado su despedida con celebraciones el sábado y el domingo
Diario Vasco, , 01-04-2014La comunidad ‘okupa’ que poblaba las ruinas de Polmetasa ha hecho mudanza para despejar el camino a las excavadoras que hoy comenzarán a demoler la antigua fábrica sita en San Andrés. Los últimos en abandonar el recinto han sido los rumanos que vivían en las chabolas levantadas al amparo de los garajes contiguos a la calle Alfonso VIII. Un vecino de la zona atestiguaba que todavía ayer lunes se apilaban «cuatro o cinco colchones y otros enseres domésticos» en el exterior de las chabolas para su traslado abordo de automóviles que hacían las veces de vehículos de mudanza. Estos inmigrantes rumanos abandonaban ayer su ‘hogar’ en Polmetasa no sin antes haber celebrado una fiesta de despedida durante el fin de semana. Según este testigo, el sábado y el domingo se congregó «un montón de gente» para festejar «lo que parecía una despedida» en la que no faltaron «cánticos y el tintineo de vasos y botellas».
Este comunidad chabolista rumana, con diversas fluctuaciones, lleva varios años asentada en Arrasate, dedicada básicamente a la mendicidad. Un primer poblado se estableció en Uribarri pero las obras de construcción de la variante de Olandixo lo borraron del mapa. El poblado se estableció entonces en el pabellón de la antigua serrería Atxa del mismo barrio. También fueron desalojados de allí. Hace «tres o cuatro años» se afincaron en Polmetasa según el vecino consultado.
Menos de una veintena de personas constituían en los últimos meses la comunidad rumana establecida en San Andrés. Tras el enésimo desalojo, este colectivo se ha visto reducido en la actualidad «a una media docena de miembros, y al parecer el resto habría regresado a Rumanía» afirmaba un empleado del Ayuntamiento conocedor de esta problemática. Tampoco se sabe si tienen intención de continuar viviendo en Mondragón y dónde planean asentarse.
No parece que los residentes en San Andrés vayan a echar mucho de menos a sus convecinos rumanos. Los moradores en la casa Bordaberri, contigua al poblado chabolista rumano de Polmetasa, daban fe de la difícil convivencia que han soportado durante los últimos años.
Plagas de ratas, suciedades, olores, ruidos… han originado reiteradas denuncias por incivismo contra los rumanos. Estos, en represalia por las acusaciones, llegaron a «verter aceite y lanzar dardos a nuestro jardín, donde juegan los niños» aseguraba un vecino de Bordaberri. Malos gestos y actitudes irrespetuosas se vienen sucediendo desde hace mucho tiempo, señalaba este vecino, quien no oculta su temor a que, «ahora que se marchan, se tomen alguna venganza contra nosotros».
Las molestias por ruidos nocturnos, el humo de las fogatas que encendían para combatir el frío y, sobre todo, la acumulación de desperdicios y basura, constituyen las principales acusaciones de los vecinos contra los rumanos que han tenido por vecinos.
(Puede haber caducado)