La rendija
La tela de araña
Diario de Noticias, , 31-03-2014el sábado en la manifestación contra el racismo y la xenofobia de SOS Racismo Amnistía Internacional junto otros colectivos que defienden los derechos de los inmigrantes volví a sentir el vacío de otras veces. Primero al comprobar que los otros no están, que les da miedo que se les vea y quizás que se les rechace aún más… Después, por el escaso apoyo de la ciudadanía a la causa más allá de colectivos muy militantes. La frontera es noticia de salón, no de calle. Y, además, incomoda a much@s. La frontera es una malla de Melilla que atrapa como telas de araña a los que tienen la palma de la mano en Marruecos y los dedos doblados en España. Para otros, la frontera es una barrera fuerte y firme contra cuerpos foráneos y extraños. Se habla del asalto a la valla de Melilla pero poco del continente africano, donde se encuentran los diez países más pobres del mundo y la mayor corrupción. Las televisiones muestran las imágenes de una jauría humana como perros aplastados contra la verja, amenazantes, rabiosos, cortocircuitados… Se les ve de lejos, apenas se aprecian los torsos desnudos, marcados de sangre por las concertinas, con la tibia rota y el calvario de una vida de miseria en sus miradas. Porque no hay mayor desesperación que el que ya no tiene nada que perder y avanzan como un mismo hombre, entre ellos se consideran “hermanos”, han compartido un largo camino y estarán unidos de por vida. Como Oussman, de Mali, que pemaneció meses en el monte Gururú preparado para el asalto. El 22 de mayo se celebran elecciones europeas y sabemos que la política migratoria no tiene debate en el servilismo al que nos tienen acostumbrados. La cancillera alemana quiere evitar la llegada de trabajadores rumanos y búlgaros (sobre todo gitanos), echar a los parados. Europa parece preferir invertir antes en empresas de seguridad y vigilancia y en burocracia que en desarrollo. Mientras, la ayuda a la cooperación se va recortando a niveles ridículos, también en una Navarra misionera y solidaria. Y llegará un momento en que el Sur no será un coladero, sencillamente aplastará al norte por su propio peso.
(Puede haber caducado)