El PS gana en París pero se desploma en Francia
El Mundo, , 31-03-2014París tendrá una alcaldesa española. La victoria a los puntos de Anne Hidalgo sobre su adversaria conservadora, Nathalie Kosciusko-Morizet, es un vano consuelo para el Partido Socialista francés, que sufrió ayer en las municipales su primera derrota desde 2007.
La victoria clara de Anne Hidalgo sobre su adversaria por un 54,3% de los votos frente a un 43,2% no sirve de consuelo al PS. A pesar de la llamada desesperada de la izquierda gala para que sus votantes se movilizaran en la segunda ronda de las municipales, la abstención volvió a alcanzar ayer cifras de récord en la historia de la Quinta República, situándose en un 38,5%, por encima del 36,45% de siete días antes.
«Desdeñando por segunda vez este plebiscito, buena parte de los electores de izquierdas envían un mensaje claro al Gobierno de François Hollande para que dé un giro a su política social y económica y se concentre en los problemas que realmente importan al pueblo», comentó la editorialista política de la cadena informativa BFMTV Ruth Elkrief acerca de las primeras estimaciones de voto difundidas por el instituto de sondeo Ifop.
Efectivamente, los primeros recuentos de las urnas indicaban, al cierre de esta edición, tal como estaba previsto, una victoria clara del centroderecha con un 45% de las papeletas frente al 43% de los socialistas y sus aliados ecologistas y un 7% del Frente Nacional de Marine Le Pen, que confirmó así la impresionante progresión de los ultras en estos comicios. El centroderecha no obtenía una victoria tan amplia en unas municipales desde 1983
La derrota del PS resulta mayúscula, en el sentido de que el partido gubernamental, que hasta ahora controlaba 23 de las 30 mayores ciudades del Hexágono, ha recibido un varapalo con la pérdida de municipios emblemáticos de la izquierda como Limoges, Reims, Ajaccio, Quimper, Angers, Saint-Etienne, Roubaix, Pau o el que más les ha dolido, Toulouse.
Reconquistadas por la derechista Unión por un Movimiento Popular (UMP) o bien por sus aliados centristas del Movimiento Demócrata (MODEM) y la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), estas ciudades y otras menos populosas representan el rechazo de los franceses a la mayoría parlamentaria, que no ha sabido luchar contra la crisis en estos 22 meses en el poder y, en plena recta final electoral, anunció una nueva subida del desempleo en febrero, que eleva la cifra de parados a 3,34 millones. Demasiado después de tantas promesas.
En estas circunstancias no tendrá más remedio Hollande que remodelar su Ejecutivo en los próximos días para enviar a la opinión pública el mensaje de que ha comprendido el resultado de las urnas. Vano consuelo es para el PS haber conservado Estrasburgo, Lille, Brest, Dijon, Aviñón –donde el Festival de Teatro corría peligro de chocar con un hipotético alcalde del FN– o París, que gobierna desde 2001 y que ha optado por la línea continuista al colocar al frente del hôtel del ville a la antigua número dos del alcalde saliente, Anne Hidalgo. El centro-derecha ha emprendido la reconquista de esas 90 comunas de más de 10.000 habitantes que perdieron en los comicios de 2008 y ni siquiera Marine Le Pen ha podido aguarle la fiesta.
«Hemos obtenido el mejor resultado de nuestra historia en unas municipales, ganando en media docena de ciudades: Hénin-Beaumont, Frejus, Bocaire…», se ufanaba la presidenta del FN nada más conocerse las primeras estimaciones. Mientras que el candidato que su partido apoyaba en Beziers, Robert Ménard, que se impuso con un 47,40% de apoyos, prometía anoche que gobernaría para todos. «Que no se preocupen quienes no me han votado. Pensaré en el bien general y espero que me juzguen por mis resultados», declaró.
A pesar del excelente score, el FN no logró imponerse ni en Forbach ni en Perpiñán. «Y no olvidemos que en esos municipios se presentaban los dos lugartenientes de Marine Le Pen», señalaba la vicepresidente de la UMP, Nadine Morano, recomendando a la prensa no sobredimensionar la hazaña de los ultras.
Para hazaña, la de François Bayrou, el ex primer ministro centrista, que necesitaba como el aire convertirse en primer edil de Pau, tras el fiasco de las presidenciales, unido a la pérdida de su escaño de diputado en las subsiguientes legislativas. Con 62,6%, el líder del Modem se impuso holgadamente en su feudo vasco-francés y ve renovado el apoyo popular que pudo haber perdido en mayo 2012 al recomendar a sus simpatizantes llevar al Elíseo al socialista Hollande en detrimento del conservador Sarkozy.
Su resurrección política se confirma con una encuesta elaborada por Ipsos y difundida anoche por Le Monde sobre la intención de los electores galos de cara a los comicios europeos. Según dicho estudio, la coalición centrista que Bayrou ha formado con la UDI que encabeza Jean-Louis Borloo obtendría un 10% de los escaños que Francia aportará a la Eurocámara, en un sufragio nuevamente ganado por la derecha, donde la UMP se impondría al PS por 24% contra 19% y el FN seguiría ganando adeptos de forma categórica, con un 22% de las papeletas.
Si François Hollande quiere cambiar estas previsiones, mucho tendrá que trabajar en estos meses para devolver la ilusión a esos votantes que le llevaron a la Presidencia y ayer le propinaron un severo correctivo.
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