El perfil parece claro. Hombre, que ronda los 35 años y de origen extranjero, principalmente de África y concretamente del Magreb. Ese es el prototipo de persona en riesgo de exclusión residencial que el grupo de trabajo Kale Gorrian identificó en su recorrido por las calles de las principales capitales de Euskadi durante la noche del 17 al 18 de octubre de 2012 y que recoge el informe elaborado por los ayuntamientos de San Sebastián, Bilbao y Vitoria en colaboración con el departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco y las tres diputaciones forales. En total, se identificaron 1.407 personas en riesgo grave de exclusión residencial. De ellas, 243 dormían en la calle, en cajeros, soportales o en la propia playa de La Concha.

Estos datos fueron puestos sobre la mesa en la jornada sobre exclusión residencial celebrada el pasado 18 de marzo en el Museo San Telmo, en la que se socializaron las cifras y se debatieron ejemplos de políticas sociales que se ejecutan en países como Escocia y modelos como el Housing First sobre los que cimentar la reducción de estos casos, mediante la ejecución de políticas preventivas y de acción más eficaces.

A la espera de que el próximo octubre se renueven las cifras con un nuevo estudio, el informe revela la realidad más cruda de las personas que no disponen de un hogar estable en el territorio. Entre los afectados predominan los hombres, los jóvenes y los inmigrantes. Un 82,7% del total de las personas identificadas son varones, el 46% tienen menos de 35 años y seis de cada diez (concretamente, el 59,2%) son de origen extranjero. Desde el punto de vista del lugar de nacimiento, el 35% han nacido en los países del Magreb (Marruecos y Argelia, fundamentalmente) y el 23% en Euskadi. El 11% son personas nacidas en otras comunidades autónomas del Estado y el 12% personas que provienen de otras zonas diferentes del continente africano.

55 personas con empleo

Una de cada cinco personas en situación de exclusión residencial grave (20,9%) dice carecer de fuentes de ingresos económicos. Sólo 55 personas de las personas encuestadas, el 4,2% del total, admiten que desempeñan algún trabajo remunerado. El estatus predominante es el del desempleado (36,7%) y hay un 12,3% de pensionistas. Al margen del empleo asalariado convencional, el 13,9% desarrollaban alguna otra actividad laboral o semilaboral que les reporta algún ingreso.

Un tercio (32,7%) de las personas en situación de exclusión residencial grave identificadas en el estudio llevaba en esa situación menos de un año. Cuatro de cada diez personas sin hogar (43,6%) entre uno y cinco años, dos de cada diez (22,2%) superan ese periodo de tiempo, y un 10% llevaba más de diez años. La razón principal que explica esta situación se relaciona con problemas económicos (27,9% de los casos), seguidos por cuestiones laborales (17,8%), dificultades en las relaciones familiares o de pareja (14,4%) y consumo de alcohol u otras drogas (10,3%).