Del incendio de El Vendrell me han impactado distintas subnoticias que vienen a continuación del relato del suceso:
1. La familia tenía una carnicería que se les quemó en el 2008 y el padre se quedó sin trabajo y arruinado. No consta que cobrase del seguro.
2. En el 2010 solicitan la renta mínima de inserción, pero según los servicios sociales les fue denegada porque les faltaba documentación y/o no cumplían los requisitos. Más tarde la volvieron a reclamar y se la denegaron de nuevo.
3. A finales del 2011 pierden el juicio con la entidad bancaria donde tenían una hipoteca, por impago, y deben abandonar el piso donde estaban, de 60 metros cuadrados.
4. En el 2011 el Ayuntamiento de El Vendrell les pierde la pista: se dan de baja del padrón y van a a otro pueblo.
5. Los ocho miembros de la familia volvieron a ocupar su piso de antes en El Vendrell, que aún estaba vacío.
6. En todas las fotografías de la espontánea manifestación de ayer, publicadas por la prensa, sólo aparecen en primera fila mujeres, algunas con sus hijos, que a juzgar por su indumentaria y por el pañuelo son marroquíes. Todas, o casi.
7. Reacción unánime de las familias de los muertos. Pese a que los cuatro niños nacieron en Catalunya, fueron aquí a la escuela y el mayor, Ayoub, jugaba en el equipo de fútbol de El Vendrell, sus cadáveres serán repatriados y enterrados en Agadir.
8. Los concejales de Plataforma x Catalunya, tercera fuerza política local, se niegan a hacer el minuto de silencio.

El drama de Thami, Mohamed, Ossama y Ayoub también lo es de nuestra sociedad.