"Los pakistaníes no hacemos más que trabajar"

Los kebabs de Gipuzkoa defienden su nombre frente a la red explotadora

Diario de noticias de Gipuzkoa, Jorge Napal, 26-03-2014

No quiere saber nada de redadas, aunque la noticia fue trascendiendo conforme discurrieron las horas. “Un amigo me comentó algo al respecto, que estos días atrás habían arrestado a un compatriota en Altza, y a otro en Errenteria… no sé más”. La detención de una treintena de personas que explotaba a trabajadores pakistaníes en Gipuzkoa es un tema que incomoda, no solo a Nazir, trabajador autónomo, sino a tantos otros empleados en un sector que se ha ido abriendo paso en el territorio de un modo imparable.

Los paquistaníes, de espíritu emprendedor, suelen hacer gala de su fino olfato para detectar las posibilidades de trabajo. Y en los últimos años han encontrado un floreciente nicho de mercado en este tipo de restaurantes, tan extendidos en otros países como Francia, Inglaterra o Alemania. Paquistaníes al frente de un negocio que, paradójicamente, ofrece comida turca. Se trata de un empleo que no precisa de una alta cualifación, y cuya inversión es asumible si se opta por el alquiler del local, como es el caso de Nazir. “Lo único que puedo decir es que no hago más que trabajar”, antes contratado y ahora como autónomo.

Casi a diario recibe la visita de personas con el currículum en la mano que ofrecen sus servicios en el local, tanto extranjeros como guipuzcoanos. “Lo digo para que la gente se dé cuenta de lo difícil que está la situación. Ya me gustaría poder contar con la ayuda de alguien, pero en la situación es la que es”.

Un cliente asiático acaba de entrar en el modesto establecimiento, de unos 20 metros cuadrados de paredes pintadas de rosa. Nazir envuelve el kebab en albal, cobra el cliente y se acomoda en la barra. “Siendo sincero, no entiendo cómo es posible sacar adelante esos negocios en los que trabajan hasta tres personas; me extraña porque el dinero no da para más”, insiste.

Zahid Munir, de 29 años, está empleado en uno de esos establecimientos, que funciona a tres turnos en la Avenida de Tolosa de Donostia. Las cosas no les van nada mal.

De viernes a domingo no paran. “Hoy (por ayer) era el día más flojo de la semana y ya hemos hecho una caja de más de 300 euros. No está mal”. El joven defiende su trabajo. “No me parece bien que se hable de nosotros porque otros paquistaníes hayan actuado mal. Depende de cada uno, pero no se puede generalizar. ¿Si un guipuzcoano roba una moto vamos a decir que todos los guipuzcoanos son ladrones?”. Un amigo gira su cabeza en un gesto de complicidad.

No tiene más que buenas palabras para la persona que le ha dado empleo. “Trabajamos por horas, tenemos un horario flexible en función de las necesidades”, explica el chaval. “Hoy está siendo un día flojo, pero aquí siempre hay movimiento gracias a los jóvenes de la Universidad”, asegura el joven sin dejar de prepara un kebab de pollo. Dice que cobran en función de lo que gana. “¿El sueldo? Eso sí que no lo digo”.

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