Fue la superpolicía de los Juegos Olímpicos de Londres, inmortalizada con su rifle semiautomático de nueve milímetros Heckler & Koch MP5 en sus manos y su Glock 17 en la cartuchera, más el chaleco antibalas, la pistola paralizante, el spray de gas pimienta y ese sombrerito a la moda que contribuía lo justo a endulzar su imagen de mujer de armas tomar.

Dos años después, Carole Howard vuelve a saltar a los titulares, con el dedo en el gatillo contra sus superiores de Scotland Yard, a los que acusa de haberle negado las mismas oportunidades que a sus compañeros por el hecho se ser mujer y negra.

La demanda de Carole Howard, que en dos semanas llegará a los tribunales, ha puesto contra las cuerdas al elitista Grupo de Protección Diplomática (DPG), tan visible con su impactante arsenal en los edificios oficiales. Tres policías de la misma unidad fueron detenidos el año pasado por intercambiar pornografía «extrema» en sus móviles mientras estaban de servicio.

La demanda de la superpolicía–cuya foto en paños menores en Facebook se ha convertido en un fenómeno en las redes– ha servido para poner sobre el tapete la mala fama de racismo y sexismo que persigue a Scotland Yard desde sus peores épocas.
El comisario jefe Bernard Hogan-Howe se considera a sí mismo como el «enemigo implacable» del racismo, pero no ha sido capaz de resolver el caso Howard de puertas hacia dentro. La Federación de Policía y la Asociación Metropolitana de Policías Negros (BPA) respalda a la agente en su demanda laboral, que llevaba larvándose desde hace dos años. Carol Howard, 34 años, fue elegida para los Juegos por su fotogenia entre los 700 agentes especiales de su unidad y los 10.000 policías desplegados en el verano del 2012.

La superpoli posó para la posteridad con gran naturalidad y con todo el arsenal, mostrando incluso su mano derecha tatuada en la empuñadura amenazante del rifle, en una imagen que se rifaron las revistas británicas.

«¿Cuántas armas tienes?», le preguntaron durante la sesión fotográfica. Y ella respondió que cuatro: el rifle y la pistola, más el Taxer X26 (capaz de descargar 50.000 voltios a siete metros de distancia) y el spray CS de seguridad personal.

También le inquirieron en aquella ocasión por la mala reputación de los policías armados hasta los dientes en las calles de Londres… «Es un problema de percepción por parte de la gente», respondió. «Muchos de los que dicen que han tenido problemas con la policía no han tenido en realidad ningún incidente. Se lo han oído decir a otros y van corriendo la voz… Pero en realidad no sentimos hostilidad; creo que la gente es consciente de que estamos aquí para proteger la ciudad».

Carol Howard se mantiene a la espera de que la justicia resuelva su caso. El asunto llegará a primeros de abril al Tribunal de Empleo de Londres, y se espera que la superpolicía no sólo ponga en jaque a sus superiores, sino a sus colegas del DPG por el sistemático acoso laboral. Scotland Yard ha prometido por su parte que hará una «defensa robusta» del papel de los superiores e intentará demostrar que no ha habido discriminación racial ni sexual.

LO DICHO Y HECHO

« Mis superiores me han negado oportunidades que tienen los hombres por ser mujer y negra »

1980: Nace en Londres. 2004: Ingresa en Scotland Yard. 2010: Se incorpora al DPG, Cuerpo de Protección Diplomático. 2012: Se convierte en ‘poster girl’ de la seguridad en los Juegos Olímpicos, con su rifle Heckler & Koch. 2014: Denuncia a Scotland Yard por «discriminación sexual y racial».