AZIZA YOUSEF

«Las injusticias contra las mujeres en Arabia Saudí son culpa de la ignorancia en el Islam»

LUGAR DE NACIMIENTO: Dariyah (Arabia Saudí) / EDAD: 59 años / FORMACIÓN: Licenciada en Informática / OCUPACIÓN: Profesora de informática de la Universidad Rey Saud / SUEÑO: Ver a Arabia Saudí como «el mejor país del mundo» en desarrollo económico y DDHH / CREDO: Musulmán

El Mundo, JUAN MANUEL SACRISTÁN KUWAIT ESPECIAL PARA EL MUNDO , 22-03-2014

Aziza Yousef es el incontestable rostro de la lucha por los derechos de la mujer en Arabia Saudí. Calificada por la revista Gulf Business como una de las cinco personas árabes más poderosas del mundo, la profesora universitaria ha hecho de su credo una forma de lucha. Yousef se niega a aceptar el rígido sistema basado en las anquilosadas tradiciones del reino wahabí, el cual, dice, limita «ilegítimamente» a sus paisanas en derechos y libertades. Firmante hace un par de semanas de un memorándum entregado al Consejo de la Shura, la activista reivindica hoy «derechos completos» para las féminas saudíes. Sus principales caballos de batalla: la lucha contra la tutela masculina y el derecho a conducir. Fundadora y miembro de las campañas pro DDHH Mi derecho a la dignidad y 26 de octubre, mujeres al volante, Aziza Yousef mantuvo este mismo mes una histórica audiencia con el ministro de Interior, el príncipe Mohammed bin Nayef bin Abdulaziz Al Saud.

PREGUNTA.- En un entorno globalizado donde cada día se atiende más a los DDHH ¿cómo es que lo siguen teniendo tan difícil las mujeres en Arabia Saudí?

RESPUESTA.- La coyuntural falta de derechos que sufren las mujeres en mi país surge casi exclusivamente de una cuestión singular, la figura del guardián masculino. Muchas personas consideran que se trata de un asunto relacionado con el Islam. Es algo erróneo. Sólo en casos concretos, como por ejemplo cuando una joven sin madurez quiere casarse, ésta necesitaría el permiso de su padre. Ahí sí existe una relación directa, pero también es cierto que este detalle es común a casi todas las sociedades del mundo. Para todo lo demás, la mujer puede y debe valerse por sí misma, tal y como recoge el verdadero Islam. El problema, siempre lo digo, es consecuencia de las tradiciones que han instaurado esta idea de que una mujer ha de tener un cuidador, ya sea su padre, marido, hermano o hijo. En Arabia Saudí, el guardián es siempre el último responsable de cada una de las mujeres a su cargo, incapacitándolas expresa o tácitamente para la toma de decisiones. Por ejemplo: las mujeres saudíes no pueden estudiar sin el permiso de éste, aceptar un trabajo a falta de la aprobación correspondiente o incluso operarse de urgencia sin una firma cotejada.

P.- Precisamente al hilo de esto último, una joven falleció recientemente en la Universidad Rey Saud de Riad…

R.- Así es. La seguridad del campus no dejó entrar a enfermeros varones, mientras una joven sufría un ataque cardiorrespiratorio. Falleció horas más tarde y se podía haber evitado. Dos semanas después, otra joven tuvo que dar a luz en el recinto universitario porque su marido estaba fuera de la ciudad y no la dejaban salir. Sólo por estas razones, ella se vio obligada a poner en peligro su vida y la de su propio bebé. Un verdadero sinsentido. Por cierto, sólo quiero añadir un par de casos en relación al tema del guardián masculino. Si un hombre quiere que su protegida no trabaje, puede presentarse en el centro de ocupación y exigir que la liberen del contrato. O más allá, si una fémina comete un crimen y al terminar su sentencia su guardián legal no se presenta a recogerla, ésta es inmediatamente conducida a un centro de detención semejante a la misma cárcel. Como ves, se trata de un círculo vicioso y de pertenencia.

P.- Aunque no sólo varones defienden el statu quo en Arabia Saudí. También una gran parte de sus compañeras…

R.- Efectivamente, desde los años 80 hasta ahora hemos experimentado un cambio fuerte en la sociedad saudí. No quiero utilizar la expresión lavado de cerebro, más bien creo que se trataría de una falta de entendimiento del mensaje del Islam. Coincidiendo prácticamente en el tiempo con la sahwah islámica (el despertar, en español), escolares religiosos extendieron su rígida lectura del Islam. Muchas personas no están felices con lo que está pasando, pero tienen miedo a ser malos musulmanes. Por eso no modifican su comportamiento. Si tenemos la oportunidad de explicar correctamente los verdaderos conceptos de nuestra religión y se sienten cómodos de estar haciendo las cosas correctamente, entonces las cosas cambiarán. Como he dicho antes, las cosas eran bastante distintas en los años 60 y 70. La tutela de los varones no era tan estricta, las mujeres podían estudiar y viajar sin necesidad del permiso de sus compañeros. Si me preguntas a título personal, entiendo que todo este fundamentalismo religioso que afecta hoy a las mujeres comenzó con la guerra de Afganistán, cuando un ingente número de personas se polarizó en una guerra entre buenos y malos, entre musulmanes y no musulmanes. También creo que la guerra realmente fue entre Estados Unidos y Rusia, y nosotros fuimos arrastrados a ella.

P.- Más allá de la cuestión primigenia del guardián masculino, qué otras cuestiones concretas preocupan a las mujeres saudíes…

R.- Conducir y conducir. Ya son más de 24 años los que llevamos reclamando poder hacerlo en nuestro reino. En 2006 y 2011 entregamos una petición y en octubre de 2013 lideramos una campaña al frente del volante. Esta circunstancia está afectando a muchas familias. Antes decían que era una cosa de las élites, que éstas querían conducir y que no afectaba a los demás. Ahora sí está afectando a todo el mundo, puesto que la situación económica para las parejas jóvenes de ahora no es como antes y no pueden pagar a un conductor. Hace cinco o seis años se pagaba en Arabia Saudí alrededor de 200 dólares al mes por un conductor a tiempo completo y ahora se están pagando 500 dólares. Las cuentas son sencillas, los recién casados están cobrando alrededor de 1.500 dólares al mes y de ahí destinar un tercio para el pago de un conductor para la mujer e hijos. Otro caso flagrante es el de las viudas o divorciadas, las cuales no tienen ningún varón a su lado, y por tanto carecen de posibilidades de prosperar.

P.- Al menos habrán apreciado ya algunos cambios en positivo…

R.- Realmente, no he visto demasiados cambios más allá de la presencia de mujeres en el Consejo de la Shura. Sobre este asunto, al principio hubo importantes manifestaciones en contra por parte de la jerarquía religiosa, pero una vez el decreto vino de parte del Rey Abdalá la gente lo aceptó de buen grado. Para que veas, así es como funciona nuestra sociedad. La muttawa (escolares saudíes, aunque es un término más comúnmente referido a la policía religiosa) ha de seguir lo que dice el Jefe de Estado. Gracias al Gobierno, las mujeres han podido acceder a la educación, tenemos canales de televisión, bancos, feminización del mercado laboral, etcétera. Todas fueron cuestiones rechazadas en principio por la casta religiosa, pero al ser el Rey el que lo dictaminó, lo aceptaron. Todo cambio llegará a través de las autoridades, porque no somos una sociedad agresiva.

P.- ¿Cómo es un día cualquiera de Aziza Yousef?

R.- Prácticamente como el de cualquier otra persona. Lo que pasa es que creo en los DDHH y cuando veo una oportunidad de dar mi opinión, la doy sin agresiones. No creo que la violencia sea el modo de alcanzar soluciones. Merece la pena seguir luchando. Con la gente más relajada, el país será más seguro y tendremos menos conflictos con otros.

P.- La fotografía es distinta si hablamos de Riad o de Yeda, por ejemplo, las dos ciudades más importantes del país…

R.- Sí, a la hora de aplicar las leyes o reglas generales impuestas en Arabia Saudí. Ahora bien, eso no significa que las leyes sigan siendo las mismas en Riad, Yeda o Dammam. Por mucho que la gente entienda que Yeda es más aperturista, de alguna manera, una mujer de allí tampoco es dueña de su propio pasaporte. Lo paradójico es, por ejemplo, el caso de una mujer que conocí en la Asociación de Derechos Humanos del Gobierno. Estuvo seis horas intentando renovar el documento, teniendo que demostrar de todas las maneras que no tenía un guardián masculino, ya que nunca ha estado casada y su padre había muerto. No quiero decir su nombre, pero es una de las altas oficiales de la instancia gubernamental. Así pues, en relación al asunto de la tutela de los varones, da igual que seas la hija del Rey o una pordiosera. Nos afecta a todas. Eso sí, la presión social es menor en ciudades como Yeda o Dammam, donde algunas mujeres van sin velo sin que les griten o pueden sentarse en una mesa con hombres que no son de su familia más directa. Pero esto no deja de ser una cosa trivial, lo crucial es que se nos reconozcan los derechos a través de un papel.

P.- ¿Cómo intentan cambiar las cosas?

R.- Estamos trabajando en una investigación a fondo para probar que la cuestión del guardián masculino, y otros asuntos que atañen a las mujeres, no es parte de la doctrina del Islam. En este trabajo de campo está participando también un abogado de prestigio, Abdelaziz Al-Ghassem, y algunas figuras religiosas. De este modo, aquéllos que defiendan que el actual modelo social está basado en el Islam se darán cuenta de que están equivocados. Cuando esté finalizado el memorándum, lo entregaremos a las autoridades pertinentes. Ojalá podamos igualarnos al resto de países del Golfo, donde puedes renovar tu pasaporte o inscribir en el registro civil a tu hijo sin la necesidad de la firma de un varón. Tres o cuatro años atrás, Dubái modificó la ley del divorcio o castidad entre las mujeres, así que hay varias normas que necesitan ser revisadas o cambiadas.

P.- ¿Cuáles son sus aspiraciones a corto y medio plazo?

R.- Creo que en un par de años las cosas estarán mejor por aquí. El tema de las mujeres al volante podría resolverse en un año, es una sensación que tengo. En cuanto al asunto principal del guardián masculino, antes era un tabú y a día de hoy ya lo estamos discutiendo hasta en los medios de comunicación. No tenemos conexiones con ningún grupo de DDHH extranjero, porque sería visto como injerencia por el régimen. Aunque no estemos organizadas, ya que no tenemos derecho a la asociación y sólo somos 35 mujeres en activo peleando por nuestros derechos, vamos a seguir insistiendo en explicar el verdadero mensaje de nuestra religión. La ignorancia en el Islam está detrás de todas estas costumbres contra las mujeres. Mi país se ha desarrollado bien en los últimos 30 años en cuanto a construcción y Estado de Bienestar, ahora es el turno para los DDHH. InshAllah (si Dios quiere).

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