El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, confirmó ayer que existe una programación elaborada para el traslado de inmigrantes a la Península ante el desbordamiento del centro de estancia temporal (CETI) de la ciudad. Ayer, unos sesenta de ellos se sometieron a análisis y pruebas serológicas para el diagnóstico o descarte de enfermedades de riesgo.
JUAN MEDINA / REUTERS Inmigrantes subsaharianos en las inmediaciones del centro de estancia temporal de Melilla

Antes de ser remitidos a la Península, los inmigrantes en situación ilegal tienen que pasar un control sanitario y contar con la documentación necesaria. Los inmigrantes serán trasladados hacia centros de acogida gestionados por oenegés o bien a centros de internamiento de extranjeros (CIE), el teórico paso previo a la repatriación, que no siempre se efectúa. Según El Barkani, los traslados previstos se harán “cuando se ultimen los preparativos, se hagan los protocolos necesarios y haya un sitio donde poder remitirlos”.

La salida de inmigrantes a la Península es en estos momentos una de las prioridades con objeto de aliviar la difícil situación del CETI de Melilla, que alberga a unas 1.900 personas, casi cuatro veces su capacidad, y que se ha visto desbordado por las últimas entradas masivas por la valla fronteriza.

El clima es de calma tensa. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, cuyos efectivos han sido reforzados con agentes enviados desde la Península, se mantienen en alerta ante la posibilidad de nuevos saltos.