Wilders promete que Holanda tendrá “menos marroquíes”

La Fiscalía recibe más de cien denuncias contra el líder xenófobo

La Vanguardia, , 21-03-2014
Esta vez, incluso para un país como Holanda donde la libertad de expresión es sagrada, es posible que Geert Wilders haya ido demasiado lejos con la manifestación pública de sus fobias. Por primera vez en su larga historia de ofensas e insultos, el líder xenófobo apuntó anteanoche no contra una religión en general, el islam, sino contra un grupo nacional concreto, los marroquíes.

ROBIN UTRECHT / AFP Wilders (derecha) y su candidato en La Haya, en la noche electoral

“¿Qué queremos en esta ciudad, en Holanda, que haya más o menos marroquíes?”, bramó el líder xenófobo en un café de La Haya donde celebraba su resultado en las elecciones locales del miércoles pasado. “¡Menos, menos, menos!”, le respondieron, enfebrecidos, entre aplausos, todos sus seguidores. “De eso nos vamos a ocupar nosotros”, respondió Wilders con una sonrisa.

En cuestión de horas, la fiscalía holandesa recibió más de cien denuncias procedentes de todo el país por el contenido presuntamente racista de estas declaraciones. Wilders ha amenazado tiempo atrás con denunciar a quien le compare con Hitler pero con estas declaraciones el paralelismo con los comentarios del Führer prometiendo ocuparse de los judíos ha sido inevitable.

La condena fue unánime entre el resto de fuerzas políticas. La reacción más tibia curiosamente fue la del primer ministro, el liberal Mark Rutte, que hace cuatro años gobernó gracias al apoyo de Wilders. Las palabras del líder xenófobo dijo que le habían dejado “mal sabor de boca”. “Eso te lo deja una mala cerveza, no el racismo”, le replicó ofendida la exdiputada Halsema. Estas declaraciones “son venenosas para la convivencia”, dijo el viceprimer ministro laborista Asscher.

Wilders ya fue juzgado por racismo en el 2011 pero salió absuelto. Los jueces estimaron que sus palabras no eran más que una opinión sobre una religión y no se dirigían contra nadie en particular. Esta vez, al prometer “menos marroquíes”, Wilders puede haber sobrepasado la fina línea que separa todo lo que cabe en la libertad de expresión de la incitación al odio racial.

Estas declaraciones “van mucho más lejos”, declaró el abogado Göran Sluiter al diario Volkskrant. “Ya no se trata de una religión, sino de un origen concreto. Esto exige reacciones más duras. A la vista de la jurisprudencia y de la indignación pública, la fiscalía deberá hacer algo”. La abogada Els Lucas, que también llevó el anterior caso, opina igual. “Ahora está claro que se refiere a personas. A Wilders se le ha caído la piel de cordero”, afirma.

Otros en cambio creen que Wilders puede salir airoso de esta polémica. “Sus asesores jurídicos parecen saber muy bien hasta dónde puede llegar”, afirma el profesor de Derecho Penal Henny Sackers. Wilders, recuerda, no ha concretado cómo piensa hacer que haya “menos marroquíes” en Holanda y en el pasado ya ha dicho que se refiere a los “marroquíes delincuentes”.

Wilders respondió ayer que no tenía nada por lo que disculparse. Con la vista puesta en las elecciones europeas de mayo, toda publicidad es buena para este profesional de la provocación que, pese a las apariencias, obtuvo resultados algo peores anteanoche que hace cuatro años. Su influencia en la vida política es mayor que su peso electoral: sólo un 10% de los holandeses le votó en el 2012. Y en mayo su partido podría ser el más votado, pero con sólo un 15% de los votos.

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