El nivel de la crítica del PSOE al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por la tragedia de Ceuta ha caído de forma espectacular en pocas semanas. Al inicio de la crisis, cuando el Ministerio reconoció que los guardias civiles que repelieron una llegada masiva de inmigrantes habían disparado pelotas de goma la noche en que murieron ahogados 15 inmigrantes , el principal partido de la oposición llegó a barajar exigir la dimisión de Fernández. Después, rebajaron su exigencia inicial y plantearon su reprobación si no daba en el Congreso las explicaciones oportunas.

Sin embargo, las llamadas de Fernández Díaz a la responsabilidad de los socialistas y su oferta de negociar un pacto de Estado han terminado relajando a los dirigentes del PSOE.

Eso sí, fuentes tanto de la dirección del partido como del Grupo Parlamentario descartan siquiera empezar a hablar de ese pacto «hasta que no se aclaren todas las lagunas y todas las dudas» que, según los socialistas, siguen sin explicación tras la larga comparecencia del secretario de Estado de Seguridad, Fernando Martínez, el miércoles en la Comisión de Interior del Congreso.

«Hasta que no tengamos todas las dudas despejadas, ya sea gracias a la investigación judicial o a las explicaciones del Ministerio, no podremos sentarnos a hablar de ninguna otra cosa», aseguró ayer una fuente autorizada del partido.

El PSOE también renuncia a reprobar al ministro en la moción consecuencia de interpelación que está pendiente de registrarse, pero que se debatirá en el Pleno de la próxima semana.

El portavoz de Interior del PSOE, Antonio Trevín, resaltó ayer que a lo que no renuncia es a exigir la dimisión «del delegado del Gobierno en Ceuta y, especialmente, del director general de la Guardia Civil». Este último, Arsenio Fernández de Mesa, o mintió y ocultó datos durante los primeros días o no se enteró de nada de lo que había pasado, ya que negó la utilización de material antidisturbios contra los inmigrantes que después se reconoció que se había disparado. Al menos, así lo entienden los socialistas.

Trevín aseguró ayer a los periodistas en el Congreso que tras la comparecencia tiene «más dudas y lagunas» que antes. Según denunció, el miércoles «sobraron excusas, mentiras y cintas de vídeo», y se demostró que faltó «previsión y proporcionalidad» en la respuesta al asalto de los inmigrantes .

Ayer, los portavoces de CiU, La Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y UPyD se mostraron decepcionados con la comparecencia de más de cinco horas que ofreció el secretario de Estado de Seguridad. Gaspar Llamazares, de IU, consideró que la Comisión se saldó con «un cierre en falso» porque el Gobierno no explicó «toda la verdad» ni asumió ninguna responsabilidad, por lo que no ve que se den las condiciones para un pacto de Estado en inmigración.

El portavoz del PP, Conrado Escobar, denunció que el PSOE aprovecha «el dolor ajeno y las muertes para sacar tajada política». El diputado popular insistió, como ya dijo en la Comisión de Interior, en que deben ser los socialistas los que pidan perdón públicamente tras la muerte de los 15 inmigrantes .