Mientras todavía se recupera del histórico salto a la valla del martes, y con la alerta siempre presente por la posibilidad de nuevos intentos, Melilla ha entrado de lleno en otra preocupación. Uno de los 1.900 sin papeles que abarrotan el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (Ceti) ha sido aislado en la UCI del Hospital de Melilla por meningitis, obligando a activar un protocolo preventivo por el que 226 personas están bajo tratamiento médico. Entre ellos, todos los empleados del Ceti y los trabajadores sanitarios e inmigrantes que han estado en contacto con el joven de Gabón enfermo desde que llegó a Melilla hace un mes. Ayer, la Delegación del Gobierno llamaba a la calma aclarando que no es un brote, sino un caso aislado que está bajo control.

La mayoría de los sin papeles estaba ayer guardando cola en la puerta de la pequeña comisaría para su identificación. Sin ella, no podrán salir a la Península, que es lo que quieren los más de 1.800 inmigrantes que viven en el Ceti desbordado. Por eso, el Gobierno está trabajando en agilizar los traslados y anoche salió una partida, formada por extranjeros que ya llevaban más tiempo en Melilla. Se alivia así la situación del centro, que sigue muy por encima del triple de su capacidad máxima y atendiendo a todo el que llega gracias a la ayuda de la Cruz Roja y el Ejército.

Además, los policías y guardias civiles han expresado su preocupación por el temor a que sus obligaciones laborales terminen provocándoles un contagio indeseado de meningitis. Los sindicatos policiales SUP y UFP y la asociación de guardias civiles AUGC denuncian el sentir de buena parte de los efectivos. Ven mal que, estando ellos en contacto con los inmigrantes, no se les haya tenido en cuenta a la hora de aplicar el protocolo de prevención. Llevan meses pidiendo que se cumpla la prevención de riesgos laborales en este aspecto, y ahora han tenido que enterarse por la prensa de este caso de meningitis.

La Consejería de Bienestar Social y Sanidad aclaró que «el meningococo se transmite de forma directa de persona a persona por secreciones de la vía respiratoria y tras un contacto estrecho y prolongado». Por lo tanto, sólo se han aplicado las medidas específicas a «los contactos cercanos», entre los que al parecer no se encuentran los policías y guardias civiles. El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, salió públicamente para desmentir que haya una alarma sanitaria y aseguró que el riesgo en Melilla y la Península se considera bajo.

Mientras el joven de Gabón sigue en la UCI en estado grave, sedado y con ventilación mecánica, han comenzado a trabajar los 120 efectivos de refuerzo enviados por el Ministerio del Interior. La mayoría son antidisturbios de la Policía Nacional, que, por primera vez, custodiarán la valla fronteriza junto a la Guardia Civil. Aunque los sindicatos policiales denunciaron que llegaban sin instrucciones, la Jefatura Superior de Policía en Melilla precisó que sí podrán utilizar material antidisturbios en casos puntuales y si los inmigrantes llegan agrediendo, como sucedió en la última avalancha.