El Ministerio del Interior y la delegación del Gobierno en Melilla saben que en cualquier momento se producirán más saltos masivos en la valla, dado que unos 1.700 inmigrantes esperan su oportunidad en el monte Gurugú. Las autoridades ultiman los detalles técnicos, humanos, de seguridad, de logística y de asistencia ante la certeza de que enfrentarán más avalanchas.

Al tiempo que aterrizaba en Melilla el contingente de refuerzo fronterizo, formado por 100 agentes antidisturbios de la Policía Nacional y 20 miembros del Módulo de Intervención Rápida de la Guardia Civil, unidades de la Policía Nacional comenzaron a participar por primera vez en la patrullas nocturnas de la carretera que bordea la frontera en apoyo a las guardias oficiales que corresponden a agentes del instituto armado. La empresa encargada de la puesta a punto del vallado fronterizo ya ha reparado los desperfectos causados en el tramo de alambrada de la vaguada del río Nano tras el salto grupal del martes. También sigue a buen ritmo la colocación de malla antitrepa, de la que se espera tener instalada en pocos días una tercera parte de los 15.000 metros que anunció el ministro Jorge Fernández Díaz en su visita a Melilla.

La unidad logística de la Comandancia General de Melilla, junto con Cruz Roja y el CETI ha desplegado hasta 15 tiendas de campaña de gran tamaño, diez de ellas fuera del recinto, para dar cobijo a los 1.900 inmigrantes que se hacinan en las instalaciones. El delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, aseguró que una de las prioridades es aliviar el colapso del CETI, que cuadruplica su capacidad óptima. Hoy saldrán 60 inmigrantes hacia centros de acogida peninsulares.

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