El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ha insistido hoy en que el lanzamiento por la Guardia Civil de pelotas de goma en la tragedia en la que murieron 15 inmigrantes fue con carácter disuasorio y en ningún momento se observaron episodios de pánico en los subsaharianos que estaban en el agua.

Como han reiterado los responsables de Interior en varias ocasiones, el lanzamiento respondió a criterios de proporcionalidad, congruencia y oportunidad que establece la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, fue con carácter disuasorio y en ningún momento se dirigió contra los inmigrantes.

“No se observaron episodios de pánico”, ha enfatizado el secretario de Estado, quien está explicando en la Comisión de Interior del Congreso los sucesos del pasado 6 de febrero con la proyección de vídeos y audios en los que no se ha escuchado orden alguna sobre el lanzamiento de material antidisturbios.

Francisco Martínez ha atribuido la muerte de 15 subsaharianos en la tragedia de Ceuta a la combinación de varios factores, como la entrada en masa y un error de apreciación en la profundidad del agua (2,11 metros) cuando muchos de los inmigrantes no sabían nadar.

Martínez, en una exhaustiva explicación del suceso del pasado 6 de febrero que en su exposición inicial ha superado las dos horas, ha descartado una relación causa-efecto entre el lanzamiento de pelotas de goma por parte de la Guardia Civil y los fallecimientos.

Sin embargo, ha atribuido la tragedia a la combinación de algunos factores, entre ellos que los inmigrantes creyeran que la profundidad del agua a la altura de espigón del Tarajal iba a ser similar a la del 17 de septiembre de 2013, cuando 91 inmigrantes pudieron entrar a esa misma hora (en torno a las 7.30 horas) porque la marea estaba baja y la altura del agua era de 1,45 metros.

Sin embargo, el día 6 de febrero había a esa hora pleamar y la profundidad de agua era de 2.11 metros, lo que unido a que los inmigrantes en su mayoría no sabían nadar, la entrada en masa y a la carrera, la excitación y el cansancio y la escasa visibilidad, pudo contribuir a la tragedia, según las conclusiones de Interior.

Y en esas conclusiones, los responsables de este departamento aportan un argumento más para descartar que las pelotas de goma fueran causa de las muertes, ya que en los cadáveres no se aprecia lesión alguna.

El Ministerio del Interior aporta esta tarde en la Comisión correspondiente del Congreso los vídeos y las conversaciones entre los agentes de la Guardia Civil de la tragedia del día 6 de febrero que costó la vida a 15 subsaharianos cuando intentaban alcanzar a nado la costa española.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, es el encargado de explicar los sucesos en la frontera ceutí, apoyado de la proyección en la sala de la Comisión de las imágenes y el sonido.

Martínez ha comenzado su intervención para explicar esos sucesos resaltando el ejercicio de transparencia del Gobierno, “sin precedentes” en otros momentos, a la hora de dar cuenta de todos los detalles de la tragedia y de hacerlo “sin buscar excusas”.

Por ello, ha considerado “justo” recibir las aportaciones constructivas y una disposición favorable de la oposición, con la “altura de miras” que requiere un asunto como éste.

Tras expresar sus condolencias por la muerte de los inmigrantes, Martínez ha avanzado que durante su comparecencia explicará no sólo la tragedia, sino también la situación actual en las ciudades de Ceuta y Melilla.

Y en esa llamada al consenso, el número dos de Interior ha recordado las políticas pasadas, gobernara quien gobernara, que han dado resultados y que se han traducido en el cierre de una vía de entrada irregular de inmigrantes, la de Canarias.

Mientras en 2006 entraron por el archipiélago 31.678 en 596 embarcaciones, el pasado año la cifra ha sido de 196 personas.

Gracias a una acción de gobierno “sólida”, “transversal” y “continuada en el tiempo, gobernara quien gobernara”, se ha llegado a esos exitosos resultados, por una acción “sin titubeos” que Martínez ha deseado pueda proseguir.