El Ministerio del Interior dio ayer de nuevo explicaciones sobre la muerte de 15 inmigrantes el 6 de febrero cuando trataban de entrar en Ceuta. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, desgranó en el Congreso los datos, acompañado de vídeos y de audio. Admitió que la Guardia Civil lanzó 145 pelotas de goma –nunca contra los inmigrantes– y afirmó que no volverán a usarse.

«Las órdenes las dan los operativos y los políticos las respaldamos», explicó el secretario de Estado sobre quién dio las instrucciones para actuar ante el intento de entrada en la ciudad autónoma. Porque una de las preguntas que más tuvo que escuchar durante su comparecencia fue esa: quién dio la orden de disparar pelotas de goma contra los sin papeles cuando éstos estaban en el agua.

Francisco Martínez, en una intervención muy detallada sobre la tragedia, defendió a capa y espada a la actuación de la Guardia Civil. Admitió, como ya hiciera el ministro del Interior, el uso de material antidisturbios, pero aseguró que fue únicamente para marcar una zona fronteriza en el agua, «nunca contra los inmigrantes». «No hay un solo indicio, dato, imagen que avale que los inmigrantes interceptados por la Guardia Civil resultaron afectados por este material», dijo.

Atribuyó la causa de la muerte a la mala «previsión» de quien organizó el intento de entrada, que esperaba una bajamar que permitiera cruzar la frontera andando, sin necesidad de nadar. El secretario de Estado reconoció en cualquier caso que en la revisión crítica de la actuación se llegó a la conclusión de que el uso de este material intimidatorio en el mar no era oportuno. Ayer, además, anunció que su Departamento está estudiando la utilización de nuevo material antidisturbios para blindar las fronteras de Ceuta y de Melilla.

Martínez quiso dejar claro que la presión migratoria sobre España es cada vez más grande y puso sobre la mesa dos cifras: 40.000 inmigrantes subsaharianos están en Marruecos pendientes de cruzar a Europa y hay otros 35.000 en Mauritania con las mismas intenciones que los primeros; en total, 75.000 subsaharianos que buscan la frontera sur de Europa.

También cifró en 56 el número de agentes de la Guardia Civil que el 6 de febrero intervinieron en la contención de la avalancha. Al frente del despliegue estaban un teniente y un capitán.

El número dos de Interior explicó que el intento de entrada no era esperado. La Guardia Civil estaba preparada para un salto de la valla, pero no para la entrada por el espigón, por el mar. Martínez aseguró además que cuando llegaron los agentes a la zona los inmigrantes habían fallecido ya. Y atribuyó su muerte a que esperaban una altura de mar de 1,5 metros y se encontraron con más de dos, en un momento en el que ya estaban cansados y teniendo en cuenta que muchos de ellos no sabían nadar.

Martínez ofreció todos los datos aportados a la juez de Ceuta que investiga el caso en una sesión parlamentaria inédita. Era la primer ocasión en que un responsable de Interior acudía con vídeos y audios de los mandos operativos para explicar incidentes en la frontera. «Es un ejercicio de transparencia sin precedentes», aseguró. Estos audios recogen el intercambio de información entre los agentes desde que advierten que los inmigrantes se acercan a la zona fronteriza y a la playa hasta las primeras tareas de rescate del grupo subacuático, que avistó dos cadáveres junto a las rocas del espigón y no los recogió porque Marruecos dijo que se encargaban de ello.