El CETI de Melilla redobla esfuerzos para hacer frente a su situación límite
Canarias 7, , 20-03-2014
El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla está redoblando esfuerzos para hacer frente a una situación límite, agravada este martes con la entrada de unos 500 subsaharianos, que ha supuesto que estas instalaciones, preparadas inicialmente para 480 personas, alberguen a unas 1.900.
Todos los inmigrantes, de unas 40 nacionalidades, tienen en el centro garantizadas sus prestaciones básicas – comida, ropa y asistencia sanitaria – , aunque la difícil situación que se registra debido a la fuerte presión migratoria puede convertirse en un foco de conflicto.
Y es que albergar a casi 2.000 personas en un lugar pensado para 500 no es tarea fácil.
La primera medida ha sido buscar cobijo para que los recién llegados pudieran tener un lugar donde dormir.
Para ello, el Ejército y la Cruz Roja han instalado tiendas de campaña, tanto en el interior como en el exterior del CETI, donde los 500 subsaharianos que saltaron la valla en la mañana de ayer han pasado su primera noche.
El personal del CETI se está viendo obligado a doblar turnos, se ha incrementado la vigilancia, con presencia incluso de dos patrullas de la Guardia Civil, establecidas en la zona exterior, y que se suma a la seguridad privada que posee el centro.
Aunque la convivencia suele ser tranquila, la saturación puede ser un foco de conflictos, más cuando se trata de personas de distinta procedencia y costumbres.
No obstante, según han asegurado a Efe fuentes del propio CETI, la situación es, por el momento, de tranquilidad.
Desde primeras horas de la mañana, los inmigrantes hacen cola para conseguir el desayuno, una de las tres comidas que se les ofrece a los varones adultos, que suma la merienda para las mujeres y niños.
En las puertas del CETI se concentran muchos de esos inmigrantes que ayer superaron el triple vallado que separa Melilla de Marruecos.
Entre ellos está Ducó, un joven maliense que relata a Efe la dureza del camino que ha dejado atrás, al tiempo que da las gracias a dios por haber conseguido superar la valla y, por fin, hacer realidad una buena parte de su sueño.
Asegura sentirse feliz por estar ya en Melilla, desde donde ya ha podido contactar con su familia para contarle la noticia de su “gran salto”, en el que se ha tenido que enfrentar, manifiesta, a la dureza con la que trata a los inmigrantes las autoridades marroquíes.
Ducó, como todos los inmigrantes que acceden al CETI, tienen que someterse a un procedimiento de inscripción, tanto en el centro como en la Policía, que incluye análisis sanitarios, que ya se están realizando a los que llegaron ayer, según comenta Julio Caro, responsable de Cruz Roja en Melilla.
Según Caro, la saturación del CETI no es nueva, ya que lleva dos años por encima de los 900 y relata que no es la peor situación que se ha vivido en Melilla, ya que en el año 1996, tres años antes de que se construyera este centro, había alrededor de 3.200 inmigrantes en una especie de descampado “de coches”.
La principal preocupación en estos momentos es evitar el “hacinamiento” para paliar el posible contagio de enfermedades.
De momento, se ha detectado un caso de meningitis en un joven subsahariano, que se encuentra ingresado en la UCI del Hospital Comarcal de Melilla.
Según fuentes sanitarias, aunque no se debe crear alarmismo, sí se han tomado una serie de medidas preventivas, sobre todo, entre aquellas personas que han estado en contacto con la persona afectada.
La prioridad en estos momentos es conseguir aminorar la saturación, sobre todo teniendo en cuenta de que en cualquier momento se puede producir otra entrada masiva.
Existen dos vías para salir de Melilla: ir a un centro de acogida gestionado por alguna de las ONG que colaboran con el Gobierno en materia de inmigración o bien ser trasladado a un Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE), el teórico paso previo a la repatriación.
Las salidas de los inmigrantes suelen ser periódicas, aunque no se les da demasiada “publicidad”, salvo en contadas ocasiones, para evitar problemas, sobre todo, cuando se trata de elegir quiénes serán trasladados a los CIE.
El CETI de Melilla es un auténtico puzzle donde se conjugan distintas culturas, costumbres, lenguas, unas piezas que se ven obligadas a encajar en una instalación desbordada y en la que su personal se esmera para dar la mejor asistencia posible, aunque no sea siempre la que todos quisieran.
(Puede haber caducado)