Sucesos
Una testigo del tráfico de órganos dice que no iba a cobrar por su donación
Uno de los detenidos declaró que las analíticas eran sólo para conseguir sangre por si había algún problema en la operación
Las Provincias, , 19-03-2014Una de las testigos de la presunta trama de compra de un órgano para un acaudalado ciudadano libanés declaró recientemente en el juzgado que instruye la investigación que a ella no le ofrecieron ninguna cantidad de dinero y que su intención era donarlo sin ninguna contraprestación.
La denuncia se interpuso a raíz de que precisamente esta persona contara su caso a una ONG que trabaja con inmigrantes. Fue un responsable de la entidad quien puso los hechos en conocimiento de la policía. No obstante, la mujer, en el juzgado, negó que le hubieran ofrecido una compensación monetaria. Lo haría por solidaridad al compartir con el presunto beneficiario la misma religión.
Hatem Akouche, el alcalde libanés que recibió finalmente el órgano de su hijo, desconocía, al parecer, las gestiones que otros compatriotas realizaban desde Valencia. La Policía acusa a este grupo de tratar de comprar un órgano para Hatem por 40.000 euros.
Otras fuentes aseguran, en cambio, que Hatem tenía el convencimiento de que su hijo era el donante. Así, en esta misma explicación, añaden que las pruebas médicas a las que se sometieron algunos inmigrantes y personas sin recursos en una clínica privada de Valencia tenían como objetivo comprobar si su sangre era compatible con la de Hatem, y disponer de reservas suficientes en caso de que durante la operación surgiera algún problema. Algunos de estos testigos habrían declarado en el juzgado que era ese el objetivo por el que fueron conducidos a la clínica. De igual modo, lo harían en solidaridad por un musulmán aquejado de una grave enfermedad. La Policía, en su investigación, sostiene que lo que pretendían con estas pruebas era localizar un donante compatible con Hatem.
Investigación secreta
La investigación continúa en el juzgado de Instrucción número 3 de Valencia. Tras la denuncia se abrió una investigación secreta que incluyó pinchazos telefónicos durante cierto tiempo a algunos de los integrantes del grupo próximo al empresario libanés. El hombre fue intervenido finalmente en el ala privada del Hospital Clínico de Barcelona por el mismo especialista que también trató al exfutbolista del FC Barcelona, Eric Abidal.
En su declaración en el juzgado, el ahora imputado, de 61 años de edad y que no puede abandonar el país tras serle retirado el pasaporte como medida cautelar, sólo reconoció el pago de 150.000 euros por el trasplante legal que se hizo gracias a la donación de su hijo en el ala privada del Hospital Clínico de Barcelona.
Akouche, era el alcalde de Al Kharayeb, un municipio de unos 50.000 habitantes, a no más de 100 kilómetros de Beirut. Tras la operación, regresó a su localidad y fue recibido poco menos que como un héroe tras superar, en principio, la enfermedad hepática que padecía.
Lamentablemente para Hatem, tuvo que regresar a Valencia para una revisión médica el pasado mes de enero. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Manises fue detenido. Los investigadores también arrestaron a un sobrino, dos parientes de Novelda a través de cuya empresa sufragaron los pagos de las citadas analíticas y un amigo palestino.
El político libanés es dueño de una considerable fortuna, asentada en un grupo de empresas dedicadas a la construcción.
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