El juez que investiga el secuestro durante siete meses de una niña que residía en Barcelona y que permaneció retenida en la selva boliviana por un conocido de los padres ha imputado a los progenitores por un delito de abandono de la familia. La menor, que llegó ayer a la Ciudad Condal acompañada por los agentes de la Guardia Civil que participaron en su liberación, ingresó en un centro de la Generalitat tras pasar un reconocimiento médico.
La pequeña, de origen marroquí y que ahora tiene 10 años, estuvo en la selva amazónica a merced de Grover Morales ya encarcelado y con antecedentes por agresiones sexuales, que la trató como a su mujer y la forzó a trabajar.