«Este no es un trabajo fácil. Somos los primeros que les miramos a los ojos, pero tenemos el deber de proteger la frontera». Un agente de uno de los cuerpos de seguridad encargados de controlar los flujos migratorios en Melilla resume de esa forma el debate interno al que se enfrenta cuando hace su trabajo. No es el único al que esa idea le ronda en la cabeza. «Realmente no sabes cómo actuar porque no hay unas directrices claras», explica otro compañero. Y un tercero que trabaja en Ceuta lanza este interrogante: «¿Qué haces cuando sabes que como los dejes pasar te abren un expediente?». Esos debates no son nuevos, pero desde los hechos ocurridos en la playa ceutí del Tarajal la madrugada del 6 de febrero que ahora investiga la Fiscalía de la ciudad autónoma, cada vez son más los que se hacen esas preguntas.

Entre las reivindicaciones de los agentes está la elaboración de un protocolo de actuación y una mayor formación a la hora de utilizar materiales como las pelotas de goma, usadas aquella noche para repeler la entrada de inmigrantes que querían entrar en España. Piden todo ello sobre todo desde que, recuerdan, algunos de los que quieren entrar se han vuelto violentos, llegando a lanzar piedras contra los guardias que controlan la frontera. «Puede que eso sea producto de la desesperación, pero antes no pasaba», explican.

Fuentes consultadas en Ceuta comentan que «para lanzar una pelota de goma hay que saber hacerlo, alguien tiene que dar la orden y tienes que saber cómo utilizar ese material y que no cause daño… Tiene que haber unas líneas de actuación claras». Y añaden que ante lo ocurrido en el Tarajal «algún mando y algún político tendrán que asumir responsabilidades».

Pero el debate va más allá de hechos como el de hacer frente a una avalancha. También gira en torno a los rechazos o devoluciones en caliente, que incluso fueron criticadas por el Defensor del Pueblo y que son tan cuestionadas por oenegés como Caminando Fronteras. La misma que hace unos días emitió un informe en el que, basándose en el testimonio de 28 supervivientes de la tragedia del Tarajal, denunciaba la actuación de los agentes que, dicen los testigos que aparecen en el trabajo, dispararon a dar y les negaron auxilio. «Estamos de acuerdo con los agentes – dice la portavoz de la oenegé Caminando Fronteras, Helena Maleno – en que no hay protocolos, que eso es algo que llevan pidiendo mucho tiempo, pero por el acuerdo que hay con Marruecos cuando se hace una devolución, esta tiene que ir acompañada de un expediente que garantice que no va a pasar nada a esas personas».

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