España
Los supervivientes de Ceuta acusan a la Guardia Civil de disparar a dar y negar auxilio
«Sanda ha pedido socorro, ha tirado su mano hacia la roca y el Guardia Civil le ha pegado y enviado de nuevo al agua», dice una de las declaraciones
La Voz de Galicia, , 14-03-2014El colectivo Caminando Fronteras, que trabaja en atención sanitaria y defensa de los derechos de los inmigrantes en Marruecos, ha elaborado un informe a partir de 28 testimonios de supervivientes a la tragedia de Ceuta del que se desprende que los agentes destacados en la madrugada del 6 de febrero en la playa de El Tarajal dispararon pelotas de goma y botes de humo contra los inmigrantes y negaron auxilio a quienes se encontraban en el mar, tanto los que pidieron ayuda a la patrullera española como a quienes se encaramaban a las rocas del espigón.
El trabajo parte de 28 entrevistas abiertas con 25 hombres y tres mujeres procedentes de Senegal, Costa de Marfil y Camerún que aquella madrugada intentaron entrar en Ceuta en un grupo de 300 personas de las que al menos 15 perdieron la vida. Recopila los partes médicos de ocho heridos que recibieron atención en Marruecos e información recogida en las morgues alauitas sobre 13 fallecidos, de los que cinco estarían aún en paradero desconocido.
Según explica, «todos los testimonios han sido persistentes» a lo largo de las entrevistas y coinciden entre sí cuando describen que la Guardia Civil «al principio disparaba al aire» pero cuando empezaron a llegar al área española tiraron «a los cuerpos de las personas que se encontraban en el agua». Apuntaban a los flotadores y éstos «se pinchaban», pero «muchas de las balas de caucho alcanzaron partes vitales de los cuerpos, sobre todo la cabeza y la cara».
Gas lacrimógeno
En esta línea, señala que los guardias civiles que se encontraban apostados en las piedras del espigón «disparaban desde allí a corta distancia» de los inmigrantes que estaban en el agua. «También explican los testigos cómo los guardias civiles apostados en el espigón utilizaban las culatas de sus armas para impedir que los inmigrantes se agarrasen a las rocas», indica Caminando Fronteras.
Conforme apunta, todos describen la misma escena: «los guardias civiles apostados en el espigón y la playa, las dos embarcaciones en el mar y la torre de control, todos ellos disparando a las personas e introduciendo gases lacrimógenos en el agua», mientras los inmigrantes estaban «bloqueados por los marroquíes de un lado y los españoles pegando de otro».
«De golpe veo un humo que se eleva desde el agua, era el gas lacrimógeno que lanzaban, eso ahogaba a las personas», indica otra declaración, que coincide con las demás al relatar el uso de botes de humo. En total, 19 de las personas entrevistadas dijeron que los gases les produjeron picores en los ojos, ceguera temporal, picor intenso en la nariz y sensación de ahogo. Tres refirieron irritación pulmonar.
Pidieron auxilio
En medio de esta situación, «había heridos que intentaban llegar hacia la Guardia Civil para pedir auxilio y los agentes no se lo prestaron». «Algunos entraban en el agua para ir al lado del barco, cuando tienes problemas en el agua, al ver el barco piensas que si vienes hacia él va a ayudarte, va a sacarte del agua pero no era el caso, se retiraba y te dejaba morir. Vi cómo cuatro personas querían ir hacia el barco y empezaron a pegarles», dice otro de los supervivientes.
Según la opinión de todos los entrevistados, si la Guardia Civil hubiese colaborado en el rescate de los que se estaban ahogando, «posiblemente hubiesen salvado sus vidas». Dos refieren las circunstancias de una de las muertes, la de Oumar Ben Sanda, en este sentido: «Sanda ha pedido socorro, ha tirado su mano hacia la roca y el guardia civil le ha pegado y enviado de nuevo al agua».
Violencia en la playa
En cuanto a la playa, según los inmigrantes, la Guardia Civil «reducía con violencia a las personas que llegaban y en dos de los casos los heridos refieren que un agente disparó sobre sus cabezas mientras estaban tumbados sobre la arena». «Había una mujer Guardia Civil. Nos ha puesto de rodillas, nos ha pegado con la porra. Era la única mujer que hemos visto, tendría aproximadamente unos 30 años, con pelo más bien claro y delgada. Los golpes me han provocado daño en la cadera e inflamación en la pierna derecha», dice uno de los testimonios.
El informe también repasa las devoluciones sobre la marcha de los 23 inmigrantes que consiguieron llegar a la playa ceutí, con las declaraciones de nueve de los afectados, entre los que se encontraban un chico camerunés de 16 años y una mujer. En sus relatos dicen que fueron reducidos con violencia. Ni ella, que había recibido en la cabeza el impacto de una pelota de goma, ni otro joven que «sangraba abundantemente» recibieron asistencia en la playa española.
«Los testigos y damnificados por la tragedia establecen una relación causa-efecto entre los fallecidos y heridos y el uso del material antidisturbios por parte de la Guardia Civil. Las condiciones de entrada de los inmigrantes suponían ya una situación objetiva de riesgo para su integridad física, por lo que el uso de la fuerza determinó una situación de peligro concreta y evitable. Señalan que no se tomaron medidas específicas para el rescate de las personas en el agua ni se activaron los protocolos de salvamento y primeros auxilios adecuados», concluye el trabajo.
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