Siete meses de «infierno» en la selva boliviana

Investigan el papel de los padres en el secuestro de una niña de L’Hospitalet

El Mundo, HÉCTOR MARÍN BARCELONA, 14-03-2014

La niña marroquí de 10 años secuestrada en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) vivió «un infierno» de siete meses en una zona de difícil acceso de Bolivia junto a su captor –un hombre boliviano de 36 años que quería casarse con ella y la obligó a trabajar en plantaciones cocaleras–, antes de ser liberada la semana pasada gracias a una compleja operación conjunta de la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra. Los investigadores consideran «importante» que la niña, que se encuentra en un centro de menores boliviano en buen estado de salud y regresará a Barcelona en fechas próximas, dé su versión para esclarecer un caso abierto con varias incógnitas por despejar.

El Gobierno de La Paz no ha autorizado a que la menor hable con sus progenitores. La policía cree que los padres de la niña, un joven matrimonio marroquí con dos hijos más, fueron «engañados» por el detenido, pero no descartan que hayan tenido algo que ver en el secuestro. Y es que la menor abandonó nuestro país a través del aeropuerto madrileño de Barajas con su pasaporte marroquí y con un documento de autorización que sus progenitores firmaron ante un notario para que –según su relato– disfrutase «por primera vez» de «unas vacaciones». Las pasaría junto a su vecino de rellano, el boliviano Grover Morales, a quien conocieron apenas cuatro meses antes y que desde una cárcel de Cochabamba (Bolivia) afirmó que no regresó porque había perdido los documentos. Será difícil que el detenido sea extraditado, tal y como solicita un juzgado de L’Hospitalet.

La policía hizo público ayer el poder notarial por el que los padres permitían a Morales viajar con la niña a finales del pasado agosto. Pasados ocho días, y tras breves conversaciones telefónicas con la niña que Morales impedía que fuesen en árabe, los progenitores denunciaron su secuestro. El padre de la menor explicó a EL MUNDO que teme ser imputado pese a asegurar que «nunca» autorizó a su vecino a llevarse a la pequeña. «De ese papel ni me acuerdo», dijo Abdelaziz Itrab, de 36 años, visiblemente demacrado y angustiado. «Ese hombre me ha engañado, se la llevó del piso aprovechando que yo no estaba», añadió, insistiendo entre lágrimas en su defensa: «Ni mi hija ni nosotros tenemos papeles en regla, ¿cómo íbamos a dejarla irse?».

Morales se ganó casi inmediatamente la confianza de sus vecinos, a quienes complació a base de amabilidad y, sobre todo, al hacerles creer que se había convertido al islam y pasar con ellos el ramadán el pasado verano. Su biografía señala, según la prensa boliviana, que se instaló en España con una identidad falsa conseguida en la selva amazónica; que pertenecía al grupo religioso Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal, y que fue condenado por violar a sus hermanas hace 10 años.

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