Una vez comprobado lo sucedido, el ministro del Interior admitió ayer que “hubiese sido mejor no haber lanzado pelotas de goma” contra los inmigrantes en Ceuta el pasado 6 de febrero. Jorge Fernández Díaz reconoció ayer en una entrevista a Onda Cero que fue una decisión errónea, “sobre todo, porque no sirvieron para disuadir la entrada masiva en territorio español”. Por ello, garantizó que “una vez aprendido de la experiencia, se ha dado la orden de que nunca se volvieran a utilizar ante un intento de entrada ilegal”.
JOSÉ COLON / AFP
Inmigrantes en el centro de alojamiento temporal de Melilla
El ministro insistió en que la orden de usar ese tipo de material antidisturbios tuvo exclusivamente un “carácter disuasorio, porque si la intención hubiese sido que los inmigrantes no hubiesen llegado a la playa, no habrían llegado”. Y recordó que 23 de ellos lograron alcanzar la arena “sanos y salvos”, aunque fueron devueltos a la zona marroquí. El caso está bajo investigación judicial y será la juez de Ceuta, a la que se han remitido la grabación de las conversaciones mantenidas por la cadena de mando durante los sucesos, “la que dictamine sobre ello”, añadió.
Fernández Díaz abundó en que “es un deber de España proteger las fronteras, una labor desagradable pero de la que no vamos a abdicar”. “Las fronteras abiertas significarían la desaparición de los estados y eso Europa tampoco lo consentiría”, remachó el titular de Interior.
Las declaraciones del ministro se producían pocas horas después de que una veintena de inmigrantes subsaharianos lograra acceder a Melilla, en un intento protagonizado por aproximadamente 150 personas, que buscaron saltar la valla fronteriza por la zona de los Pinares de Rostrogordo, al norte de la ciudad. Las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas lograron rechazar a la mayor parte de los inmigrantes.
La intentona de la madrugada de ayer fue la segunda del fin de semana, después de la llevada a cabo por unos 700 inmigrantes a primeras horas del domingo, en esta ocasión por las zonas de Beni Enzar y Farhana. La actuación policial marroquí, apoyada por un helicóptero de la Guardia Civil, impidió que pudieran acercarse a las vallas. Fuentes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil comentaron que el inicio de las obras para instalar la malla antitrepa en todo el perímetro fronterizo ha disparado la tensión entre los que esperan en el monte Gurugú para dar el salto.