Soraya Sáenz de Santamaría ha coincidido, aun indirectamente, este viernes con las postura del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, quien reclama un pacto de Estado en materia de inmigración, al defender la necesidad de una hoja de ruta “coherente” y de unidad política" frente a la crisis en Ceuta y Melilla que el ministro del Interior, Jorge Fernández, calificó ayer de “cuestión de Estado”.

La número dos del Ejecutivo ha rechazado, por otro lado, en su comparecencia posterior al Consejo de Ministros, las críticas de la oposición, en particular del PSOE, porque atribuye la gestión de los flujos migratorios a los Gobiernos anteriores. “Creo que más allá de los intereses políticos, yo estoy muy de acuerdo con los que, sean de un partido u otro apoyan una unidad de criterio”, ha manifestado sin llegar a nombrar a Zapatero.

La vicepresidenta ha evitado pronunciarse sobre la previsión del Gobierno en relación con la colaboración de la Unión Europea, solicitada en reiteradas ocasiones, y se ha limitado a recordar que es primordial una política comunitaria “porque no son solo nuestras fronteras, sino también de la UE”. “Hay que hacer una gestión integral de los flujos migratorios”, ha agregado.

“En este tema hemos de sobreponermos a los debates políticos del momento. Estamos hablando de un asunto importante para España y para el conjunto de la Unión Europea. Nuestro discurso tiene que ser coherente aquí y allí. El Gobierno ha procurado tenerlo, lo va a tener y apelamos a aquellas voces que también en la oposición lo consideran, porque conocen este asunto, porque lo han vivido”, ha señalado.